teologia - Biblioteca Digital - Universidad Católica Argentina
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252 NOTAS BIBLIOGRAFICAS<br />
mismo Pilatos, en virtud de su<br />
poder normalmente atribuido al<br />
emperador, quien condenó a Jesús<br />
Cristo al suplicio de la cruz:<br />
la presión de la masa venció sus<br />
escrúpulos y sus vacilaciones y<br />
éste no es el solo ejemplo. Pero en<br />
la base del gesto que mandó a<br />
Jesús al patíbulo, está su responsabilidad<br />
personal y no la de la<br />
masa o de los sumos sacerdotes."<br />
(p.117).<br />
Pilatos no le condenó basándose<br />
en la opinión "legal" del Sanedrín<br />
de blasfemia, sino por el<br />
crimen de lesa majestad, (crimen<br />
laesae maiestatisJ al afirmar ser<br />
rey y para confirmarlo hizo colocar<br />
sobre la cruz -elpatibulumel<br />
cartel "rey de los judíos". Esta<br />
causa, según el derecho penal<br />
romano, era motivo de pena de<br />
m uerte y, por otra parte, la crucifixión<br />
era la forma de ejecución<br />
de quienes no eran ciudadanos<br />
romanos, hasta que fue abolida<br />
por el emperador Constantino.<br />
Asimismo sobre la causa de la<br />
muerte de Jesús se ha recurrido<br />
a las más diversas hipótesis. El<br />
autor se inclina por las conclusiones<br />
de las investigaciones del<br />
doctor Le Bec, confirmadas por<br />
los experimentos del doctor Hynek<br />
en Praga, según las cuales<br />
murió por asfixia.<br />
Imbert, a manera de conclusión<br />
como también de objetivo<br />
subyacente de su investigación,<br />
analiza la aparición de nuevas<br />
formas de antisemitismo. El au-<br />
TEOLOGIA 66 (1995)<br />
tor recuerda que a través de la<br />
historia en muchas oportunidades<br />
se planteó la pregunta sobre<br />
quién fue responsable de lamuerte<br />
de Cristo y se subrayó el papel<br />
que le cupo al "pueblo deicida".<br />
Más allá de las responsabilidades<br />
históricas y la actitud cuidadosa<br />
de la Iglesia sobre el particular,<br />
el autor señala que el lugar<br />
donde Jesús fue sepultado es una<br />
prueba clara de que no se trató de<br />
una sentencia judía.<br />
Finalmente destaca una vez<br />
más que no puede considerarse<br />
responsable al "pueblo judío", sin<br />
que ello implique negar la responsabilidad<br />
que pudiera haberle<br />
cabido al Sanedrín en el juicio<br />
y la condena. Lo expresa en estos<br />
términos: "un pueblo entero no<br />
puede ser acusado de hechos y<br />
gestos obra de sus propios gobernantes,<br />
sobre todo en un régimen<br />
aristocrático como aquel de la<br />
Judea de la época de Jesús; en<br />
todo caso el Sanedrín, y en ningún<br />
caso el pueblo judío, puede<br />
ser puesto bajo acusación" (p.160)<br />
y, aun en este caso, el autor le<br />
absuelve, desde una óptica histórica<br />
judía, al señalar que "era<br />
deber del Sanedrín hacer morir a<br />
Jesús, para salvaguardar la integridad<br />
religiosa de su nación, para<br />
no comprometer la política de<br />
colaboración instaurada con el<br />
ocupante romano" (p.163).<br />
En síntesis un aporte serio<br />
que, más allá de su intencionalidad<br />
subyacente, merece ser leído