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de José Juan Tablada - Dirección General de Bibliotecas - Consejo ...

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cia los diez. ¡Qué importa que le quiten<br />

dos años al autor <strong>de</strong> la narración<br />

si se trata <strong>de</strong> <strong>de</strong>mostrar que Rimbaud<br />

a los quince años era "poéticamente<br />

mayor" que Victor Hugo a<br />

los diecinueve! Así se admirará aún<br />

más el hecho <strong>de</strong> que haya sido capaz<br />

<strong>de</strong> escribir: "¡Qué me importa<br />

a mí que Alejandro haya sido famoso!"<br />

Otro milagro que conmueve a<br />

Émile Henriot: ¡Rimbaud sabe "<strong>de</strong>cir<br />

por qué'"<br />

"Pascal, <strong>de</strong> niño, vuelve a encontrar<br />

las treinta y dos proposiciones<br />

<strong>de</strong> Eucli<strong>de</strong>s; a los once años, Rimbaud<br />

redacta un resumen <strong>de</strong> historia<br />

antigua." Un poco <strong>de</strong>spués, bajo<br />

la pluma <strong>de</strong> Kunel, este resumen se<br />

vuelve "un texto maravilloso en su<br />

fondo y síntesis", don<strong>de</strong> el niño genio<br />

convoca toda "la historia <strong>de</strong> Egipto,<br />

<strong>de</strong> Asia y <strong>de</strong> Cal<strong>de</strong>a". ¿De qué se<br />

trata en realidad? Si se le cree a Cou­<br />

Ion, que recurre a Houin y a Bourguignon,<br />

se trata <strong>de</strong> un "resumen <strong>de</strong><br />

historia antigua", propuesto espontáneamente<br />

por el chico a su profesor,<br />

y que "revela una claridad y<br />

una madurez <strong>de</strong> espíritu sorpren<strong>de</strong>ntes".<br />

Nosotros no tenemos ninguna<br />

huella <strong>de</strong> él y <strong>de</strong>bemos creerles<br />

a esos dos hombres que sacaban<br />

casi todas sus informaciones <strong>de</strong> Isabel<br />

o <strong>de</strong> Paterne Berrichon. Pero, al<br />

menos, estamos lejos <strong>de</strong> este Rimbaud<br />

que, ya a los once años, hubiera<br />

escrito un capítulo <strong>de</strong> síntesis histórica.<br />

Por lo <strong>de</strong>más, ¡por qué extrañarnos<br />

si este espíritu <strong>de</strong> veinte años<br />

que abriga un cuerpo <strong>de</strong> diez, si este<br />

genio -que nunca fue niño- "se<br />

<strong>de</strong>vana los sesos", en su duodécimo<br />

año, con la gramática abisinia y el<br />

vocabulario <strong>de</strong> esta áspera lengua'<br />

Si corrige, a los catorce años, versos<br />

<strong>de</strong> Sully Prudhomme, y lo hace con<br />

tacto:<br />

Rien ne pourrait sans toi se lever vers<br />

[le jour<br />

sustituye este verso horroroso:<br />

Rien sans toi, rien n'éclót aux régions<br />

[du jour.<br />

Hablar aquí <strong>de</strong> dominio, como lo<br />

hace Mouquet, es un poco hacer<br />

concesión a los <strong>de</strong>monios <strong>de</strong> la fábula.<br />

En efecto, la fábula quiere<br />

que, a los quince años, Rimbaud haya<br />

sido dueño <strong>de</strong> "todos sus dones<br />

póeticos". A Etrennes <strong>de</strong>s orphelins<br />

es inútil oponer las más bellas <strong>de</strong> las<br />

flluminations que nacerán algunos<br />

años más tar<strong>de</strong>. La leyenda prefiere<br />

que, a los quince años, Rimbaud<br />

haya sido "dueño <strong>de</strong> su fórmula <strong>de</strong><br />

vida y <strong>de</strong> su forma <strong>de</strong> arte", que haya<br />

sabido "a qué i<strong>de</strong>al <strong>de</strong> síntesis su<br />

vocación" lo llamaría en a<strong>de</strong>lante.<br />

Los mitólogos saben perfectamente<br />

que el héroe, o el dios, siempre<br />

se distingue por la extrema pre-<br />

cocidad <strong>de</strong> su cuerpo y <strong>de</strong> su espíritu.<br />

Mientras la mayoría <strong>de</strong> los<br />

exégetas se limitan a insistir en el<br />

carácter evi<strong>de</strong>ntemente anormal <strong>de</strong><br />

una precocidad que sólo exageran,<br />

en realidad, con discreción, existen<br />

otros que, como Paterne Berrichon,<br />

se proponen erigir a Rimbaud al<br />

rango <strong>de</strong> divinidad y tienen así que<br />

radicalizar su esfuerzo y sus mentiras.<br />

Porque a un dios no le basta con<br />

confundir a los doctores <strong>de</strong> su ley<br />

a los siete años. Un dios nace con<br />

los ojos abiertos, camina a la hora<br />

<strong>de</strong> haber nacido, como lo hizo Arthur<br />

Rimbaud. Se conoce el relato<br />

grotesco que Jean-Marie Carré reproduce<br />

en sus dos ediciones <strong>de</strong> la<br />

vida <strong>de</strong> Rimbaud por su carácter<br />

pintoresco: "A la hora en que vino<br />

al mundo, se le dieron los primeros<br />

cuidados que se dispensan a los recién<br />

nacidos: el médico partero observó<br />

que ya tenía los ojos abiertos<br />

<strong>de</strong> par en par. Y como la ayudante<br />

encargada <strong>de</strong> fajarlo lo había puesto<br />

en un cojín para ir a buscar alguna<br />

prenda, se le vio con estupor bajarse<br />

<strong>de</strong> su cojín y gatear sonriente<br />

hacia la puerta <strong>de</strong>l <strong>de</strong>partamento<br />

que daba al pasillo." Después <strong>de</strong> esto,<br />

¡por qué extrañarse <strong>de</strong> que "a los<br />

ocho meses" Rimbaud "caminara<br />

sin ninguna ayuda"!<br />

"Dejemos allí esas piadosas leyendas."<br />

Ésta sería la reflexión <strong>de</strong>l<br />

historiador. Pero yo, que intento<br />

compren<strong>de</strong>r el mito, <strong>de</strong>bo seguir<br />

con ellas.<br />

A este recién nacido que se ríe y<br />

camina, a este perfecto mo<strong>de</strong>lo <strong>de</strong>l<br />

futuro dios, todo lo pre<strong>de</strong>stinaba a<br />

un ilustre porvenir. El éxito engañó<br />

las esperanzas <strong>de</strong> Berrichon. Si<br />

la precocidad <strong>de</strong>l joven Rimbaud<br />

por lo general llamó la atención <strong>de</strong><br />

los periodistas, éstos no hicieron coro,<br />

sino con un entusiasmo mo<strong>de</strong>rado,<br />

a la fábula organizada sobre el<br />

tema <strong>de</strong>l niño-dios. ¿Habrá que suponer<br />

que el trabajo <strong>de</strong> los hagiógrafos<br />

fue un poco <strong>de</strong>scuidado? ¿O bien<br />

que la ignorancia <strong>de</strong> los gacetilleros<br />

les presentó como sonseras esas historías<br />

<strong>de</strong> caminar a la hora <strong>de</strong> haber<br />

nacido? No lo sé. Sin embargo,<br />

otro <strong>de</strong>talle <strong>de</strong> este tenor pero en<br />

apariencia más creíble, tuvo un éxito<br />

singular: me refiero al mote <strong>de</strong><br />

Shakespeare niño.<br />

Si el Shakespeare niño tuvo mayor<br />

éxito que el niño-dios, sería erróneo<br />

concluir que el público pudo aceptar<br />

mejor el primero porque el segundo<br />

le exigía <strong>de</strong>masiado esfuerzo.<br />

Se antoja más bien que el niño-dios<br />

hubiese conquistado la misma fama<br />

que el Shakespeare niño si, en lugar<br />

<strong>de</strong> reducirse a algunas anécdotas, se<br />

hubiese expresado en una fórmula<br />

eficaz. Un buen mote <strong>de</strong>be cautivar<br />

la imaginación. No cabe duda que la<br />

literatura italiana tiene como príncipe<br />

a Dante, la alemana a Goethe,<br />

la española a Cervantes y la inglesia<br />

a William Shakespeare. Pero<br />

Biblioteca <strong>de</strong> México<br />

Cervantes es prosista y, por esto,<br />

tiene menos afinidad con Rimbaud<br />

que Dante y Shakespeare. ¿Goethe?<br />

No, en realidad es un poeta <strong>de</strong>masiado<br />

voluntarioso, <strong>de</strong>masiado preocupado<br />

por la serenidad. ¿Dante,<br />

entonces? Es épico y violento, pero<br />

más ilustre que popular, y poco conocido<br />

<strong>de</strong> los franceses. Queda Shakespeare<br />

cuyas obras se representan<br />

mucho en Francia, y cuya catadura<br />

bohemia, al igual que sus<br />

costumbres singulares, casan mejor<br />

con el autor <strong>de</strong> Délires, con el compañero<br />

<strong>de</strong>l averno.<br />

En rigor, ¿se trata <strong>de</strong> equipararlos?<br />

Otra virtud <strong>de</strong> los motes es su<br />

ambigüedad. Vean el nuestro por<br />

antonomasia: Libertad, Igualdad,<br />

Fraternidad. A menudo adorna los<br />

frontispicios <strong>de</strong> las cárceles. ¿Cómo<br />

hacerles compren<strong>de</strong>r a los hombres<br />

que sólo hay igualdad a cambio <strong>de</strong><br />

una poca (o mucha) libertad? Los<br />

tres finales en ad tienen más virtud<br />

que toda la sabiduría. Si hubiese sido<br />

más explícita, ¿la famosa expresión<br />

"YO es otro" hubiese conocido<br />

su variable pero constante fortuna?<br />

En este Shakespeare niño, ¿quién no<br />

ve al menos dos sentidos? Un niño<br />

que promete dar un Shakespeare.<br />

Un genio ya íntegro, ya igual a Shakespeare<br />

y que, sin embargo, es un<br />

niño. Poca gente separa los dos sentidos<br />

<strong>de</strong> la fórmula: otra garantía <strong>de</strong><br />

éxito.<br />

Ya antes <strong>de</strong> la muerte <strong>de</strong> Rimbaud,<br />

la fórmula se había impuesto.<br />

La encontramos en un pésimo<br />

artículo sobre "El poeta Arthur Rimbaud"<br />

<strong>de</strong> Pierre l'Ar<strong>de</strong>nnais, que<br />

Mallarmé mandó a La Plume <strong>de</strong>spués<br />

<strong>de</strong> haberlo leido en un periódico<br />

<strong>de</strong> las Ar<strong>de</strong>nas. La Plume tenía<br />

lectores. La fórmula tuvo ¡In arrollador<br />

éxito. No quiero <strong>de</strong>cir que<br />

fuera el único antece<strong>de</strong>nte. El 12 <strong>de</strong><br />

noviembre <strong>de</strong> 1891, en el momento<br />

<strong>de</strong>l secuestro <strong>de</strong> Reliquaire y cuando<br />

Francia aún ignoraba la muerte<br />

<strong>de</strong>l viajero, un anónimo <strong>de</strong> L'Echo<br />

<strong>de</strong> Paris que aventura que Rimbaud<br />

ven<strong>de</strong> negros en Uganda, cuenta<br />

con lujo <strong>de</strong> <strong>de</strong>talles que luego se<br />

per<strong>de</strong>rán, el encuentro con Hugo.<br />

Apenas llamado Shakespeare niño<br />

Rimbaud, "levantando la cabeza", se<br />

aleja murmurando "¡Cómo mejo<strong>de</strong><br />

este viejo chocho'" Cuando Berrichon<br />

acredita la anécdota unos años<br />

más tar<strong>de</strong>, es <strong>de</strong>cir, cuando Hugo ya<br />

no pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>smentirle, omite el "como<br />

me jo<strong>de</strong> . .. ". Volví a encontrar<br />

el "viejo chocho" únicamente en<br />

una paráfrasis inglesa <strong>de</strong> 1918, en<br />

Current Opinion, don<strong>de</strong> se afirma<br />

que Rimbaud, grosero como siempre,<br />

calificó <strong>de</strong> "old windbag', a su<br />

huésped venerable. En Berrichon,<br />

esto se vuelve: "Se rió <strong>de</strong>l Shakespeare<br />

niño con que Victor Hugo lo saludó."<br />

Omitiendo a los periodistas<br />

<strong>de</strong> segunda o a los fusiladores profesionales,<br />

Charles Maurras en 1892<br />

(y luego en 1901), Gustave Kahn el

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