1 - Universidad de Sevilla

CosmerpoUs
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para todos los países.
Jorge Montemar
eREPORTER-DETECTIY5
Novela de aventuras, original de
SEE ADCOME
I S
Traducida y adaptada expresamente para COSMÓPOL
¿NO QUERÍAN USTEDES QUE
HABLASE?...
u hijo?... Cada vez bendecía más mi providencial
visita a D. Cándido, su irritante risita,
la entrada del botones con la célebre cuartilla ;
cuanto contribuyó a que la información del
asesinato de miss Evelina Whist me hubiera
sido encomendada, siquiera fuese con la piadosa
intención de verme fracasar. Las incidencias múltiples y extrañas
del interesante caso le harían célebre, si no único, en los anales
de la criminalidad, y yo me veía convertido, por capricho de la suerte,
en uno de los principales personajes de la alucinante historia.
Era como una incesante gran batuda de sorpresas la que ante
mis ojos se venía desarrollando desde horas antes. Cuando el misterio
o el asombro parecían culminar en una interrogante o un hecho,
otro acto u otra pregunta, superiores en fuerza emotiva, venían
a disputarle el primer puesto en nuestra atención. Al non plus ultra
que nuestras dotes reflexivas trataban, vanamente, de oponer, seguía
la inequívoca demostración de que siempre había un más allá
desconcertante y próximo.
Pero ¡éste...! La revelación de la paternidad del Dr. Whist, en
tan dramáticas circunstancias puesta de manifiesto; el conocimiento
del parentesco de sangre entre la víctima y el asesino, que elevaba
el crimen a fratricidio, era un digno final para la dilatada sucesión
(CONTINUACIÓN)
Propiedad
de su autor.
de horrores. El sabio, al anunciar su propósito de confesar todo ante
el juez, parecía que iba a poner término a aquella pesadilla vivida;
en su relato, difícilmente encontraríamos nada más sensacional que
la frase pronunciada ante el cadáver del monstruo.
Acuciada la curiosidad
de los tres,
supimos, no obstante,
disfrazarla. Lacruz,
Reinal y yo
acogimos silenciosamente
su manifestación.
Con penosa lentitud
se incorporó el
anciano, sin separar
la vista del muerto ;
volvió a dejar cubierto
el rostro con
el lienzo que antes
le pusieran y se levantó
por completo.
—Cuando ustedes gusten, empezamos—dijo.
RESUMEN DE LO PUBLICADO
Descubierto el asesino de su hija Evelina, y habien-
do declarado el profesor Whist que el monstruoso ase-
sino era su hijo, promete el sabio explicar todos los
misterios, incluso el de la desaparición misteriosa de
su ayuda de cámara.
Me sorprendió la entereza de su actitud, lo firme de la voz al
pronunciar aquellas palabras. Le observé con fijeza y aun encontré
nuevos motivos para extrañarme. Había desaparecido todo signo de
abatimiento, todo síntoma de debilidad. Nuevo Fausto , la tragedia que