You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
sentido mezclado con la niebla, tu<br />
aroma flotando en el ambiente.<br />
Esos que ahora me cazan con sus<br />
balas de plata, esos que me maldicen<br />
te traerán a mí esta luna llena.<br />
Cuando escuchen el crujir de sus<br />
huesos, su carne rasgándose en mil<br />
jirones, rogarán por sus vidas y yo<br />
seré el hombre más bendecido en<br />
esta tierra, pues estarás de nuevo<br />
conmigo.<br />
Sólo le pido a Dios que me dé la<br />
fuerza y el poder de distinguirte de<br />
los demás.<br />
Erath Juárez Hernández (México)<br />
Marcadas diferencias<br />
Aun siendo hermanas gemelas<br />
Colette y yo no podíamos ser más<br />
diferentes. Las dos teníamos nuestra<br />
propia personalidad, tremendamente<br />
marcada. Desde pequeñas nos<br />
esforzamos por resaltar nuestras<br />
diferencias. Pero pese a todo, la<br />
conexión especial que nos unía<br />
siempre estaba presente, el amor<br />
fraternal que nos profesábamos era<br />
indudable.<br />
Al terminar el instituto decidimos<br />
hacer un viaje alrededor del mundo.<br />
Visitaríamos distintos destinos.<br />
Brasil, Puerto Rico y demás países<br />
tropicales a mi elección, nuestra ruta<br />
terminaría en Europa, continente el<br />
cual mi hermana adoraba.<br />
Poco después de empezar nuestro<br />
viaje, en una expedición por la selva,<br />
algo nos asaltó. Era una especie de<br />
pantera negra enorme. Se plantó<br />
frente a nosotros y nos observó<br />
durante un buen rato. Se acercó<br />
sigilosamente, olisqueándonos como<br />
si buscara algo en nuestro aroma. Me<br />
miró fijamente, creí ver algo en sus<br />
ojos, como un atisbo de humanidad.<br />
El animal se giró bruscamente,<br />
mordió a mi hermana y se perdió de<br />
nuevo entre la negrura de la<br />
vegetación.<br />
No había nada parecido a un<br />
hospital por allí cerca y el cuerpo de<br />
mi gemela estaba respondiendo a la<br />
mordedura como si de un shock<br />
anafiláctico se tratase. Su cuerpo se<br />
cubrió durante días de sudor frío y<br />
gritaba de puro dolor. Todo su ser<br />
intentaba combatir lo que fuese que<br />
ese animal le transmitió con la<br />
saliva. Y todo esto lo pasamos en<br />
una inhóspita tienda de campaña en<br />
mitad de ninguna parte.<br />
Casi una semana después del<br />
ataque, una mañana, mi hermana se<br />
despertó como nueva. Pero algo<br />
diferente pude percibir en su mirada,<br />
algo que había visto antes en la<br />
selva. Esa primera noche, tras su<br />
recuperación, pude ver a mi<br />
hermana. Era mitad animal, mitad<br />
humana y destrozaba con los dientes<br />
el cuerpo de dos de nuestros guías.<br />
marzo- abril, 2012 # 117 Revista Digital miNatura 48