09.05.2013 Views

RevistaDigitalmiNatura117

RevistaDigitalmiNatura117

RevistaDigitalmiNatura117

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

tragado los restos de su madre y la<br />

única luz que conocía era la<br />

semioscuridad que se arrastraba<br />

hasta ella durante el día.<br />

Hacía tiempo que la mujer había<br />

dejado de ser una niña pero todavía<br />

vestía la desnudez sin pudor, como<br />

lo hacían en su inocencia los<br />

infantes. De todas formas no conocía<br />

otra cosa que la soledad.<br />

Una vez al mes la boca del pozo la<br />

cubría una enorme luz blanca que<br />

llegaba cuando tendría que haber<br />

habido oscuridad. Y ella gritaba.<br />

Gritaba vocales, sonidos que jamás<br />

eran palabras.<br />

La gente del pueblo cercano al<br />

pozo abandonado empezó a hablar<br />

de lobos y de extraños ruidos en las<br />

noches de luna llena. Con un miedo<br />

atroz comenzaron a encerrarse en sus<br />

casas por las noches y a comprar<br />

amuletos contra el mal. Quemaron a<br />

unas cuantas de muchachas de las<br />

que se sospechaba eran brujas y<br />

podían convertirse en bestias y aun<br />

así los gritos y ruidos continuaron.<br />

Empezaron, entonces, a sospechar<br />

los unos de los otros y en una<br />

histeria colectiva cualquiera podía<br />

ser el siguiente en ser acusado de<br />

pactar con el diablo y ser condenado<br />

a la hoguera o a la horca según fuese<br />

el humor de los aldeanos aquel día.<br />

madre la que se asomaba al pozo,<br />

comiendo lombrices y sin tan<br />

siquiera tener un nombre, anónima<br />

incluso a la oscuridad y al barro. En<br />

soledad eterna hasta el día en que<br />

murió.<br />

Alejandro Mathé (España)<br />

Fiebre<br />

La casa está destrozada. Los<br />

muebles, por el suelo, son los únicos<br />

testigos de lo ocurrido, ellos y el<br />

revuelo que se puede ver por todas<br />

partes. Pero lo peor es esa extraña<br />

quemazón que siento por todo el<br />

cuerpo, ardiente, molesta. Siento la<br />

necesidad de quitarme la ropa y<br />

rascarme por todo el cuerpo, pero no<br />

hará falta ya que estoy<br />

completamente desnudo. Siento una<br />

fiebre que poco a poco va<br />

remitiendo, y que me permite aclarar<br />

las ideas en lo que intento recordar<br />

qué ha pasado. No logro recordar.<br />

Miro mis manos y veo restos de<br />

sangre. Por fin noto el sabor metálico<br />

que inunda mi garganta y me miro al<br />

espejo, parece no ser mía. Por todo el<br />

cuerpo encuentro esos salpicones<br />

que indican que algo grave ha<br />

ocurrido, no sé qué pero, sin saber<br />

muy bien por qué motivo, me giro y<br />

allí en el suelo encuentro la razón de<br />

mis preocupaciones. Siento cómo el<br />

calor va dando paso al frío por la<br />

Mientras tanto, ajena a todo<br />

desnudez pero, aun así, no me atrevo<br />

aquello, la mujer seguía aullando a la<br />

a moverme de donde estoy. Quizá si<br />

luna llena, creyendo que era su<br />

no me muevo no haya ocurrido, no<br />

marzo- abril, 2012 # 117 Revista Digital miNatura 73

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!