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Boletín 301 - Diócesis de San Juan de los Lagos

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2. Meditación<br />

Aunque tener miedo es lo más natural, generalmente,<br />

da vergüenza aceptarlo pues en nuestra<br />

cultura se exalta la valentía y se <strong>de</strong>sprecian <strong>los</strong><br />

comportamientos cobar<strong>de</strong>s o <strong>de</strong> temor. Esto ha<br />

provocado que casi nadie se atreva a reconocer<br />

sus miedos pues eso sería aceptar, <strong>de</strong> antemano,<br />

la <strong>de</strong>rrota. Por eso, cuando tenemos miedos <strong>los</strong><br />

ocultamos o disimulamos.<br />

El Evangelio <strong>de</strong> ningún modo invita a la temeridad<br />

o valentía machista poco reflexionada,<br />

menos a la negación <strong>de</strong> nuestros miedos. El texto<br />

supone la naturalidad <strong>de</strong>l miedo ante las consecuencias<br />

<strong>de</strong>l seguimiento <strong>de</strong> Jesús. Sin embargo,<br />

no lo aprueba como un comportamiento permanente<br />

<strong>de</strong>l que <strong>de</strong>penda toda la vida.<br />

El discípulo no tiene que ser temerario, es<br />

<strong>de</strong>cir, valiente sin pensar y sin medir las consecuencias.<br />

Debe ser consciente <strong>de</strong> que el miedo, el<br />

que impi<strong>de</strong> moverse, pensar, comprometerse, no<br />

se combina a<strong>de</strong>cuadamente con el seguimiento<br />

<strong>de</strong> Jesús.<br />

Ante <strong>los</strong> riesgos y consecuencias <strong>de</strong>l compromiso<br />

por seguir a Jesucristo tenemos el peligro <strong>de</strong><br />

sentirnos so<strong>los</strong>; y <strong>de</strong> hecho muchas veces, quien<br />

se compromete, está solo. Sin embargo, el Evangelio<br />

asegura que el Señor no abandona, aún<br />

cuando nos dé la impresión que duerme.<br />

La actitud <strong>de</strong> confianza madura en el Señor por<br />

parte <strong>de</strong>l discípulo <strong>de</strong>bería ser una <strong>de</strong> las características<br />

principales <strong>de</strong> cada uno <strong>de</strong> nosotros para<br />

que <strong>los</strong> miedos que impi<strong>de</strong>n el compromiso, la<br />

apertura, la búsqueda, la conversión... sean superados.<br />

Por último, el Señor nos invita a que no tengamos<br />

miedo, es <strong>de</strong>cir, a que no estemos asustados<br />

o espantados. Si somos miedosos tenemos el<br />

riesgo <strong>de</strong>, con tal <strong>de</strong> no salir afectados en nada,<br />

ocultar el mensaje que hemos recibido y no proclamarlo<br />

abiertamente con libertad.<br />

Quienes somos miedosos corremos el riesgo<br />

<strong>de</strong> ser acomodaticios y convenencieros. A<strong>de</strong>más,<br />

el Evangelio da a enten<strong>de</strong>r que el que vive en<br />

miedo constante confun<strong>de</strong> la realidad <strong>de</strong>l mal, no<br />

sabe con certeza a qué temerle. Por eso, el discí-<br />

Bol-<strong>301</strong><br />

MES DE LA BIBLIA<br />

pulo <strong>de</strong>be distinguir entre las pequeñas y las<br />

gran<strong>de</strong>s consecuencias, lo que realmente hace<br />

daño y lo que no, lo que efectivamente <strong>de</strong>sprestigia.<br />

3. Oración<br />

Reflexionemos personalmente algunos miedos<br />

que nos han impedido comprometernos más<br />

con nuestros hermanos. Pidamos a Dios que nos<br />

perdone.<br />

Recor<strong>de</strong>mos también <strong>los</strong> miedos que nos han<br />

impedido seguir con más generosidad a Jesucristo;<br />

pidamos a Dios que nos perdone y nos ayu<strong>de</strong><br />

a recapacitar.<br />

Alabémoslo por todas las personas que, por la<br />

confianza en Él, viven diariamente como verda<strong>de</strong>ros<br />

discípu<strong>los</strong>.<br />

Pidámosle que siempre, pero sobre todo en <strong>los</strong><br />

momentos en <strong>los</strong> que parece que el miedo nos<br />

vence, nos convenzamos que contamos con su<br />

presencia.<br />

Roguémosle también que nos dé la suficiente<br />

sabiduría para ser valientes pero no temerarios,<br />

pru<strong>de</strong>ntes pero no miedosos...<br />

4. Contemplación – Acción<br />

¿En qué circunstancias es más difícil confiar en el<br />

Señor?<br />

¿Qué nos enseña y a qué nos compromete que el<br />

Evangelio relacione la falta <strong>de</strong> fe con el miedo?<br />

¿Cómo se comporta una persona que vive permanentemente<br />

con miedo?<br />

¿En qué situaciones <strong>de</strong> nuestra vida <strong>de</strong>bemos confiar<br />

más en el Señor?<br />

Cuando hemos tenido miedo a causa <strong>de</strong> las<br />

consecuencias <strong>de</strong> lo que pensamos, vivimos y<br />

creemos: ¿Hemos enfrentado tales situaciones<br />

diciendo la verdad o inventando mentiras?<br />

¿Por qué es imposible vivir con miedo y seguir a<br />

Jesús?<br />

¿Qué miedos nos han llegado cuando nos hemos<br />

querido comprometer más con nuestros hermanos,<br />

cuando hemos <strong>de</strong>seado acercarnos más a<br />

Dios...?<br />

¿Qué po<strong>de</strong>mos hacer para no ser víctimas <strong>de</strong> estos<br />

miedos?<br />

pág. 43

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