Boletín 301 - Diócesis de San Juan de los Lagos
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MES DE LA BIBLIA<br />
Podríamos enfatizar que, discernir cuál es la<br />
voluntad <strong>de</strong> Dios en nuestra vida y en la <strong>de</strong> nuestra<br />
Iglesia es, en primer lugar, una responsabilidad<br />
que nos afecta a todos. Nadie está exento <strong>de</strong> este<br />
regalo; nadie pue<strong>de</strong> evadir esta responsabilidad.<br />
Tomar en serio el discernimiento es una cuestión<br />
capital para la vida <strong>de</strong>l cristiano y <strong>de</strong> su comunidad<br />
(Rom 12,2).<br />
En segundo lugar, <strong>de</strong> acuerdo con san Pablo,<br />
el discernimiento exige generosidad en el amor.<br />
No es posible preguntarnos por la voluntad <strong>de</strong><br />
Dios sin antes hacer un serio propósito <strong>de</strong><br />
servicio, <strong>de</strong> amor a <strong>los</strong> <strong>de</strong>más. Se discierne<br />
mejor en la vida no sólo porque se sepa mucho<br />
sino porque, especialmente, se ama intensamente<br />
a las personas concretas (Flp 1, 9-10; 2,<br />
1-18). Este crecimiento en responsabilidad ante<br />
el hermano proporciona una serie <strong>de</strong> experiencias<br />
que suscitan verda<strong>de</strong>ros brotes <strong>de</strong> sabiduría<br />
pastoral.<br />
En tercer lugar, el discernimiento no es una<br />
búsqueda superficial; es una comprensión profunda<br />
y bien intencionada <strong>de</strong> la voluntad <strong>de</strong> Dios.<br />
Por eso, quizás, san Pablo insiste en la cordialidad<br />
<strong>de</strong> esta tarea y en <strong>los</strong> frutos que emanan <strong>de</strong> ella:<br />
bondad, rectitud y verdad. Los resultados <strong>de</strong>l<br />
discernimiento más que i<strong>de</strong>as y elenco <strong>de</strong> opiniones<br />
son valores y actitu<strong>de</strong>s. Más aún, el discernimiento<br />
se convierte en algo superfluo cuando<br />
egoístamente sólo se busca constatar lo que siempre<br />
se ha pensando. Por eso, el discernimiento<br />
sólo se pue<strong>de</strong> hacer si se tiene una auténtica y<br />
permanente apertura al Espíritu y a nuestros hermanos.<br />
El discernimiento, por último, requiere que no<br />
se haga según el modo corriente <strong>de</strong> ver las cosas.<br />
Debe hacerse <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la originalidad que proporciona<br />
una auténtica conversión. Así parece afirmarlo<br />
Pablo: “No se acomo<strong>de</strong>n a <strong>los</strong> criterios <strong>de</strong><br />
este mundo; al contrario, transfórmense, renueven<br />
su interior, para que puedan <strong>de</strong>scubrir cuál es<br />
la voluntad <strong>de</strong> Dios, qué es lo bueno, lo que le<br />
agrada, lo perfecto” (Rom 12,2). Por esto, la clave<br />
fundamental para el discernimiento es la propia<br />
persona; su renovación y transformación (1 Cor<br />
2, 14-16).<br />
3. Oración<br />
Señor, nuestro caminar personal y comunitario<br />
nos pi<strong>de</strong>, a cada momento, poner atención en<br />
criterios correctos. Por eso volvemos la mirada<br />
hacia Ti. Tú orientaste y organizaste tu conducta<br />
<strong>de</strong> acuerdo a la voluntad <strong>de</strong>l Padre (Mt 6,10; 7,21;<br />
Mc 3,35) hasta afirmar que eso era el alimento <strong>de</strong><br />
cada día (Jn 4,34). Tu convencimiento fue tan<br />
gran<strong>de</strong> que lo llevaste hasta el extremo (Mt 26,42;<br />
Lc 22,42); tu conducta edificante beneficiaba a<br />
todos, sin excepción; lo cual no significa que<br />
agradara a todos. Por eso, no sólo optaste por un<br />
fin bueno sino que, lo más importante, fue que<br />
elegiste también <strong>los</strong> medios a<strong>de</strong>cuados. Ayúdanos<br />
a buscar <strong>de</strong> manera auténtica tu voluntad; que<br />
nos preocupemos no sólo por conseguir buenos<br />
fines sino que, a<strong>de</strong>más, <strong>los</strong> procesos y medios que<br />
elijamos, sean <strong>los</strong> más a<strong>de</strong>cuados <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el Evangelio.<br />
Concé<strong>de</strong>nos percibir el discernimiento<br />
como una tarea eclesial, no sólo porque las <strong>de</strong>cisiones<br />
nos afectan a todos, sino porque a todos<br />
nos correspon<strong>de</strong> ir caminando unidos, <strong>de</strong> manera<br />
corresponsable.<br />
Tú no te guiaste por lo más práctico sino por lo<br />
más conveniente para el Reino. Y es que en<br />
muchas ocasiones lo más práctico pue<strong>de</strong> ser cosa<br />
<strong>de</strong>l Maligno; lo más conveniente, lo bueno, huele<br />
a voluntad <strong>de</strong> Dios. Anímanos a buscar la claridad<br />
suficiente para no confundirnos; que no confundamos<br />
una opinión con la Verdad, que no prevalezca<br />
sólo lo que nosotros queremos sino lo que<br />
nuestras comunida<strong>de</strong>s están necesitando. Que a<br />
la par <strong>de</strong> la urgencia que sentimos <strong>de</strong> estar mejor<br />
organizados para servir mejor a nuestra Iglesia<br />
nos preocupemos también por ser más amigos,<br />
más honestos entre nosotros mismos, más hermanos.<br />
Tú nos enseñaste que lo más práctico siempre<br />
será el amor.<br />
A<strong>de</strong>más, Señor, no elegiste cualquier forma <strong>de</strong><br />
solidaridad. Optaste por una solidaridad sin límites<br />
<strong>de</strong>jando claro que tu Padre, nuestro Padre,<br />
quiere recrear a todo hombre y a todo el hombre.<br />
Perdónanos por haber querido hacer planes y<br />
tomar <strong>de</strong>cisiones dando la espalda a nuestros<br />
hermanos más necesitados. Ayúdanos a buscar tu<br />
voluntad sin traicionar a <strong>los</strong> más <strong>de</strong>sprotegidos.<br />
pág. 70 Bol-<strong>301</strong>