Conversando con un Coach - Fundacion Ergo
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abad.<br />
Durante doce meses el joven pagó <strong>un</strong>a moneda siempre que era<br />
agredido. Al finalizar el año, volvió a presentarse ante el abad, para<br />
saber cual era el próximo paso.<br />
- Ve hasta la ciudad a comprar comida para mí.<br />
En cuanto el joven salió, el abad se disfrazó de mendigo y, tomando<br />
<strong>un</strong> atajo que <strong>con</strong>ocía, se fue hasta la puerta de la ciudad. Cuando el<br />
joven se aproximó, comenzó a insultarlo.<br />
- ¡Qué bien! dijo al falso mendigo ¡Durante <strong>un</strong> año entero tuve que<br />
pagar a todos los que me agredían y ahora puedo ser agredido<br />
gratis, sin gastar nada!<br />
Al oír esto, el abad se dio a <strong>con</strong>ocer.<br />
- Quien es capaz de no darle importancia lo que los otros dicen es<br />
<strong>un</strong> hombre que está en el camino de la sabiduría. Tú ya no te tomas<br />
los insultos en serio, y por lo tanto estás listo para el próximo paso.<br />
Paulo Cohelo<br />
Desde la mirada del <strong>Coach</strong>ing Ontológico los juicios tienen como <strong>un</strong>a<br />
doble cara. Por <strong>un</strong> lado pareciera que hablan de otro y por otro<br />
también hablan de la persona que los está emitiendo.<br />
Estamos bastante acostumbrados a escuchar las opiniones negativas<br />
de los demás y hacerlas mas importantes que las nuestras, por otra<br />
parte también solemos vivirlas como si fueran ciertas y mucho mas<br />
cuando se refieren a nosotros mismos. Sin darnos cuenta que de esta<br />
manera le damos poder al otro de impactar negativamente sobre<br />
nuestra autoestima.<br />
Cuando ap<strong>un</strong>tas <strong>con</strong> el dedo,<br />
recuerda que otros tres dedos<br />
te están ap<strong>un</strong>tando a ti.<br />
A veces sentimos que somos agredidos injustamente y en vez de vivir<br />
esas agresiones como ofrendas que preferimos no aceptar nos<br />
desvalorizamos a nosotros mismos <strong>con</strong> la <strong>con</strong>secuente baja en<br />
nuestra propia auto<strong>con</strong>fianza.<br />
¿Nos detuvimos a pensar cual es nuestra mirada sobre el mismo<br />
tema?<br />
¿Acaso pensamos sobre qué hechos f<strong>un</strong>dan esa apreciación?<br />
¿Por casualidad pudimos pensar que simplemente se trata de la<br />
manera de ver las cosas de otro, que difiere de la nuestra?<br />
¿O pudimos pensar que al ser simplemente <strong>un</strong>a opinión, no<br />
tendríamos por qué <strong>con</strong>siderarlos como si fueran ciertas?<br />
Es más fácil desintegrar <strong>un</strong> átomo que <strong>un</strong> prejuicio.<br />
Albert Einstein<br />
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