Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
nUTRiciÓn<br />
UnA PAPA RellenA fRiTA cOn<br />
gran cantidad de grasas<br />
PODRíA seR TAn chATARRA<br />
como una tajada de pizza<br />
El grupo de factores mencionados nos<br />
obliga a prestar especial atención a las calorías<br />
que aportan estas comidas altamente<br />
nocivas. Exige a los adultos ser más precavidos,<br />
máxime cuando se advierte que las<br />
preferencias de las poblaciones más vulnerables<br />
cambian a gran velocidad, y que hoy<br />
es común ver, por ejemplo, a niños devorar<br />
alimentos fritos bañados en salsas con alta<br />
densidad de grasa y azúcar y tomar gaseosas<br />
en cantidades industriales (debido, entre<br />
otros factores, a la sed generada por los altos<br />
niveles de sodio de la comida chatarra).<br />
Queda claro el reto que tenemos por delante.<br />
No es necesario ser un gran estadista<br />
para visualizar las repercusiones dramáticas<br />
que este comportamiento tendrá en la salud<br />
de la población cuando pase el tiempo y las<br />
actuales generaciones alcancen la madurez<br />
y, peor aún, críen a sus hijos con estos hábitos<br />
de vida. Ese triste escenario —que algunos<br />
12 lAzOs<br />
creen poder evitar con un simple impuesto—<br />
nos exige, desde ya, a tomar verdadera<br />
conciencia y a apostar por una estrategia<br />
integral que haga sostenible un cambio de<br />
cultura y mentalidad en el tiempo.<br />
No estamos ante una lucha individual,<br />
sino ante la necesidad de compromiso de<br />
todos los actores de la sociedad. Diseñar<br />
campañas de información dirigidas exclusivamente<br />
a los menores de edad, exigir a<br />
los restaurantes que incluyan en sus cartas<br />
el contenido nutricional de cada plato (disposición<br />
que ha tenido éxito en muchos<br />
países), demandar a los locales de fast food<br />
a que brinden porciones más pequeñas de<br />
sus platos calóricos, y promover activamente<br />
el deporte y la actividad física (para evitar el<br />
sedentarismo) son medidas más que recomendables<br />
para cambiar el gris panorama<br />
que deja la comida chatarra. Y ese cambio<br />
nos interesa —y beneficia— a todos•<br />
tips contra<br />
la chatarra<br />
> Si salimos a comer a la calle, escojamos<br />
restaurantes que ofrezcan alternativas<br />
saludables. Además, seleccionemos<br />
comidas y bebidas que aporten nutrientes:<br />
por ejemplo, en lugar de gaseosa y pastel,<br />
optemos por un jugo de fruta natural y un<br />
sándwich en pan integral.<br />
> Si vamos a una pizzería, evitemos los<br />
moldes fritos. Elijamos pizzas vegetarianas<br />
en masa delgada.<br />
> Si pedimos carne, acompañemos el plato<br />
con una ensalada y una papa horneada o<br />
choclo sancochado en lugar de papas fritas.<br />
> Prefiramos siempre productos bajos en<br />
azúcar, miel y jarabe de fructuosa, así<br />
como cereales integrales y galletas bajas<br />
en grasa.<br />
> Limitemos el tiempo de ver televisión y usar<br />
la computadora y los juegos de video.<br />
Tratemos de llevar una vida activa.<br />
> Demos a escoger a nuestros hijos solo<br />
entre alimentos saludables. Por ejemplo,<br />
una buena opción sería que elijan entre<br />
una mandarina, un racimo de uvas o un<br />
puñado de almendras.<br />
> En casa nunca debe faltar un plato a base<br />
de verduras y un postre hecho de fruta.