Marisol Luna

METIENDONOS AL CAMPO DEL ENEMIGO
De forma increíble, toda mi vida he tenido una
predisposición para meterme en líos ajenos con la pasmosa
agilidad y maestría de resolverlos, que deja atónitos hasta a
los que se supone saben resolverlos y no pueden hacerlo.
Todo con asombrosa habilidad, inteligencia y dominio propio
que sólo le debo a Dios, porque estoy convencida que fue EL
quien me dio el talento. He desarrollado habilidades para
resolver situaciones conflictivas, peligrosas y hasta violentas
que pueden hacer la diferencia entre la vida y la muerte de
otros; aún hasta la mía. He logrado ganarme el respeto de
mis más grandes oponentes en el campo de trabajo y mi vida
personal con las habilidades que Dios me concedió en su
infinita misericordia para su Gloria.
Dios me permitió el privilegio a través de mi trabajo en
diferentes Áreas Investigativas Correccionales y aún antes de
estar ahí de conocer gente de calidad que enriqueció mi vida
con conceptos y experiencias. Vivencias que NADIE me pudo
quitar o borrar y que influyeron durante toda mi vida en mí y
en otros también. Agentes Especiales Federales, Estatales,
Oficiales Correccionales y hasta Delincuentes o Confinados,
porque aunque usted no lo crea de los Confinados y su
Estructura Social también se aprende mucho, sobre las
injusticias de la vida, la maldad, la violencia escondida y el
rostro amargo del abandono de la familia y la soledad, como
a veces le pasa a los prisioneros, que más bien son presos del
dolor, coraje e impotencia por no tener herramientas
emocionales para resolver conflictos de valor moral en su
existencia y la sociedad que no rehabilita les condena: SÓLO
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