Marisol Luna

CAPITULO 19
TU, YO, EL y… ¿Existirá un NOSOTROS?
Cuando de gramática se trata, al momento de adjudicar
responsabilidades, nos conocemos todos los pronombres
necesarios para escapar de la culpa y del remordimiento de
saber que somos tan responsables de nuestros errores como
de permitir lo que otros hacen de nosotros. La vida
definitivamente no es un dulce postre que esperamos
ansiosamente luego de una suculenta cena.
Si decimos utilizar el “tú” probablemente la connotación casi
acusadora salga a relucir en la frase, conversación, discusión
o carta. Pero usando adecuadamente esa palabra,
transformamos una experiencia menos buena en una
enriquecedora y permanente. Cuando ese tú lo convertimos
en:
Tú has logrado cambiar mi forma de ver la vida
y me has provisto herramientas para construir
un mejor ser humano en mí.
Tú has ofendido mi integridad y me has herido,
pero has logrado dos cosas grandiosas en mí:
que te perdone y que aprenda a sobreponerme
a experiencias difíciles sin que me hagan daño.
Tú eres la persona más difícil de amar y
comprender, pero acepto el reto de probarte y
probarme que puedo hacer la diferencia.
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