Marisol Luna

DIOS REHABILITA. Si algún confinado pone sus ojos en este
libro, entenderá lo que digo, porque para trabajar en una
cárcel, es preciso saber que estaremos presos durante las
horas de trabajo para ejercer las funciones con justicia y
equidad.
Experimenté y viví situaciones de peligro en muchas
ocasiones: Motines, Investigaciones Internas Confidenciales,
Juicios, Protegiendo a Víctimas hasta con mi vida si era
preciso. Gracias a Dios NUNCA nadie fue herido, maltratado
o afectado por mis actos o la respuesta natural a la lógica
que he aplicado a cada situación difícil. Dice la Biblia que
dando, es como se recibe, perdonando, somos perdonados.
De la abundancia de tu corazón hablará tu boca.
No hay mayor ejemplo de ello cuando aprendemos a
perdonar a aquellos que nos han causado daños. Demás está
decirles que la situación más peligrosa que me ha tocado
vivir, ha sido vivir y dormir por cerca de 18 años; con un ser
especial que no pudo resolver sus conflictos personales y nos
llevó a una carrera contra la realidad. Esta misma carrera la
viven muchas mujeres y sus hijos, muchos hombres también
en silencio. Puede ser su vecina, su vecino, un familiar suyo,
una persona que trabaja con usted o aun asiste a la iglesia o
centro recreativo que usted va.
Junto a mis hijos sufrí los estragos de la violencia doméstica
por 18 años pero ganamos la guerra, fuimos victoriosos en la
batalla y aprendimos de las heridas recibidas. Muchas veces
no reconocemos fácilmente la victoria de la batalla en los
actos de los que nos rodean. Pero considérese en victoria si
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