Marisol Luna

su vez en dos: los que ya salieron y los que faltan por
extirpar. Incluya en la lista, aunque parezca jocoso, las
costumbres, personas, objetos o asuntos que le afectan.
Algunas personas se convierten en tumores malignos pues
desencadenan temores que nos absorben por completo las
emociones y provocan la carne a un despertar fatal.
Examinemos algunos de los más comunes:
o Temor a perder la salvación-Jesús te redimió hace
más de dos mil años, cultiva tu relación con EL y no
te sentirás perturbado jamás.
o Temor al rechazo familiar-Tu familia verdadera, es la
que hace la voluntad del Padre. Si tienes parientes y
temes su rechazo, empieza por amarte tú como eres,
luego ámalos como son, aunque signifique estar
lejos para que no te hieran. En un momento
escogido por Dios recibirás “luz verde” para
acercarte y demostrarles tu amor y aceptación.
o Temor al fracaso- en los Hijos de Dios no existen
fracasos, existen lecciones de vida buenas y menos
buenas. El fracaso lo inventó algún mediocre
excusando su falta de habilidad para superar las
fuertes olas de un mar y vientos agitados a los que
no tuvo la capacidad de decirle: “Enmudece”, con la
autoridad que Jesús le dio.
o Temor de no ser aceptados-Es justamente lo que el
individuo que no conoce a Dios sino “de oídas”
hace. ¿y si no me quieren? ¿y si les caigo mal? ¿y si
no me aceptan?
o Temor a ser exitosos- aunque usted no lo crea, hay
personas que pueden tener fobia al éxito porque
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