Marisol Luna

CAPITULO 21
LA INFIDELIDAD
Recuerde: usted es espíritu y hablaremos de la infidelidad a
su espíritu. El fantasma más difícil de alejar es la infidelidad.
¿Alguna vez se ha sentido traicionado, bochornosamente
tonto ante la creencia de que alguien le amaba y en quien
usted confiaba, era fiel y puso sus esperanzas y hasta las
manos al fuego por esa persona solamente para comprobar
que usted no era tan importante como para respetarle
aunque no estuviera presente? ESO DUELE POR MUCHO
TIEMPO.
Las heridas de la infidelidad dependen del concepto de
traición que usted tenga. Para mí, (y perdonen mis extremos
analíticos) es tan infiel el que no detiene el acto inicial
cuando lo reconoce como el que lo culmina y lo lleva a cabo
sin considerar consecuencias.
Esa despreocupación irresponsable del que te grita a la cara
de forma invisible: “yo sé o hice algo que tú no sabes… y si lo
supieras, pobre de ti”. El arma más poderosa de una
persona infiel es la falta de conocimiento del engañado
sobre la traición que está sufriendo. Pero finalmente cae
rendido ante su propia conciencia que le grita que es
desagradecido, injusto y sobre todo que no puede engañarse
a sí mismo. ¿O usted piensa que si yo sé que me engañan me
quedo tranquila…? NO, que va. Usted tampoco.
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