Marisol Luna

Los historiadores hablan de humanos que evolucionaron
según las eras pre-históricas. Hablan de cambios físicos,
mentales y progreso de funciones e inteligencia. Pero… ¿y
qué de los cambios espirituales en el hombre? Será que
algunos se quedaron fuera de época. Todavía… todavía hay
cavernícolas espirituales.
¿Habrá Hijos de Dios arrastrando a las mujeres por el pelo
como los cavernícolas? ¿Habrá quien no conozca la rueda
para hacer más liviana su carga? ¿Habrá quien conociendo el
fuego de Dios, le tema y no desee alumbrarse con Su luz, por
miedo a quemarse? ¿Habrá quien prefiera agua de cualquier
pozo en vez de ir a la Fuente de Vida? ¿Habrá quien se
atreva llamar inmundo lo que la sangre de Cristo limpió?
En una iglesia de poder, de gracia y viviendo bajo el favor
del Espíritu de Dios, los cavernícolas no existen y si llega
alguno, lo educan rápido. Quien no tiene madurez para
conocer y entender la inmensidad del poder de Su Dios,
nunca podrá decir que le conoce. Con Dios no se contiende,
a Dios se le entiende y atiende.
No necesitamos más religiosos que condenen al mundo,
necesitamos hombres y mujeres dispuestos a mostrar el
amor de Dios al mundo. Sin reservas, condiciones, pretextos
o justificaciones.
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