Apocalipsis: - Knights of Columbus, Supreme Council
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Jerusalén, ya que de cualquier forma esta imagen proviene de Ezequiel 40, 3. El<br />
templo, sin embargo, representa a la Iglesia. Midiéndolo se da cuenta Juan la<br />
necesidad que tiene la Iglesia de salvación. Fuera del templo está la provincia de<br />
los gentiles sin Dios, quienes pisotearán la Ciudad Santa “cuarenta y dos meses”<br />
(11, 2). Estos cuarenta y dos meses, también llamados en otros pasajes del<br />
<strong>Apocalipsis</strong> tres años y medio, un tiempo, tiempo y medio, y mil doscientos<br />
sesenta días, están tomados de Daniel 7, 25 y 12, 7. Este número, la mitad de<br />
siete años, representa el período de las aflicciones de la Iglesia en la tierra, en<br />
otras palabras, el período de tiempo que la separa de la gloriosa vindicación de<br />
Cristo. Este número también está basado en la historia, ya que es el periodo<br />
aproximado que duró la persecución de Israel bajo Antíoco Epífanes (168-175 a.<br />
C.), en la época de los macabeos.<br />
Durante este tiempo, por lo tanto, Dios dice a Juan que sus dos testigos<br />
pr<strong>of</strong>etizarían (11, 3). Estos dos testigos, cuando son llamados olivos y candeleros (v.<br />
4) están descritos en los términos de Zacarías 4, 1-3, 11-14 y luego en 11, 5-6<br />
aparecen con las características de los pr<strong>of</strong>etas Moisés y Elías (ver Números 16,<br />
35, 1 Reyes 1,10, 1 Reyes 17, 1, etc.). Representan, por lo tanto, los testigos<br />
fieles de Dios en la Iglesia, quienes testificarán ante Dios durante toda la vida de<br />
la Iglesia en la tierra. Cuando este periodo se haya cumplido caerán bajo la ira de<br />
la bestia del abismo (11, 7). Esta bestia aparecerá en la segunda parte del<br />
<strong>Apocalipsis</strong>.<br />
El triunfo celestial<br />
Juan nos ha dicho, por lo tanto, que la Iglesia, cuyo destino es sufrir la<br />
persecución de este mundo, no obstante continuará en todo momento dando fiel<br />
testimonio de la verdad. Aun cuando la bestia haya matado a los testigos (v. 7<br />
por 1 Daniel 7,3 sig.), con la aprobación de los pueblos sin Dios que crucificaron<br />
al Salvador (v. 8 referente a Is 1, 10, etc.) y les negaron la sepultura,<br />
inflingiéndoles la mayor afrenta concebible (v. 9 sig.), Dios los vindicará. En 11,<br />
11-13, la resurrección y ascensión de los testigos es descrita en un lenguaje que<br />
nos recuerda la visión de Ezequiel 37, y la ascensión de Elías en 2 Reyes 2, 11,<br />
después de “tres días y medio,” es decir, una fracción mínima de tiempo en<br />
relación con su período de testimonio, un día por cada año. La vindicación y<br />
triunfo de la Iglesia coinciden con la confusión de sus enemigos y la conversión<br />
de muchos (vv. 13-14).<br />
Y de ese modo llegamos a la séptima y última trompeta, la imagen del<br />
triunfo de la Iglesia, cuando “el reinado del mundo se haya convertido en el<br />
reinado de nuestro Señor y de su Cristo” (vv. 15-19). El cántico de triunfo<br />
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