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CALIDAD DE VIDA | DEPURAR
Dieta depurativa
El exceso de grasas, comer fuera de casa, abusar de
bebidas alcohólicas o consumir demasiado café acaba
provocando una importante acumulación de toxinas en
el organismo. Por eso, es recomendable realizar una pequeña
cura depurativa, como mínimo, una vez a la semana.
La fruta y la verdura son unos excelentes aliados
para ofrecer un poco de reposo al sistema digestivo.
Fuera grasa
La mejor forma de depurar el organismo pasa por mejorar
la dieta y adquirir hábitos de comida más saludables.
Para empezar, es importante evitar en lo posible
las fuentes de grasas saturadas (carne roja, embutidos,
leche entera y derivados…) y seguir una dieta en grasas
no saturadas, muy presentes en la mayoría de pescados,
mariscos, aves de carne blanca (pollo, pavo…), aceites
vegetales y frutos secos. Conviene también evitar las
salsas elaboradas con mantequilla o nata, y apostar por
métodos de cocción que requieran poca grasa (a la plancha,
al vapor o en papillote).
No es recomendable iniciar una dieta depurativa de
forma drástica. Lo mejor es ir acostumbrando al organismo,
sustituyendo poco a poco algunos alimentos.
Se puede empezar prescindiendo de los más calóricos y
cambiarlos por otros más digestivos y ricos en vitaminas
y minerales. Luego es bueno olvidarse de las frituras,
salsas y comidas preparadas, para acostumbrarse a
una alimentación a base de productos frescos, ligeros
y cocinados con cocciones más sanas. Poco a poco, el
cuerpo se irá adaptando y empezará a eliminar toxinas.
Las señales del organismo
El exceso de toxinas en el organismo suele venir acompañado
de una serie de síntomas que anuncian el
desequilibrio. La mayoría de ellos no pasan de ser simples
trastornos, sencillos de erradicar tras una cura depurativa
a base de alimentos desintoxicantes. Las “señales”
más habituales son falta de apetito, estreñimiento,
halitosis, aparición de granitos y urticaria, dolores de
cabeza, cambios de humor, ansiedad o nerviosismo y
fatiga o somnolencia.
Ejercicio regular
Una de las formas que utiliza el organismo para eliminar
toxinas es el sudor. Y para ello nada mejor que
practicar regularmente algún deporte o programa de
ejercicios que, además, ayuda a mantener la forma. Podemos
plantearnos una rutina equilibrada que incluya
una mezcla de ejercicio aeróbico, ejercicios de fuerza y
estiramientos, según las capacidades y tiempo de cada
persona. Al principio, es bueno imponerse metas a corto
plazo o se corre el riesgo de abandonar enseguida
o, peor aún, sufrir alguna lesión. Podemos empezar haciendo
un poco de ejercicio un par de veces a la semana
(caminar, montar en bicicleta…) e ir aumentando gradualmente
la intensidad, duración o frecuencia de las
sesiones para poco a poco irnos volviendo más activos.
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