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CALIDAD DE VIDA | FELICES SUEÑOS
Felices
sueños
Por P. R.
Pasamos un tercio de nuestra vida
durmiendo, pero a menudo dormimos
poco y mal, cosa que puede
afectar a la salud y al estado anímico.
A dormir bien se aprende; sólo
necesitamos seguir una serie de pautas
para levantarnos al día siguiente
renovados y llenos de energía.
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LA REVISTA IMO
1. Silencio, por favor. Parece una obviedad pero es
una de las condiciones más importantes para poder
conciliar el sueño. La televisión conectada en
otra habitación, conversaciones, risas, el tráfico…
dificultan la relajación y aislamiento necesarios a la
hora de dormir. Si por las condiciones o situación
de la vivienda es complicado conseguirlo, podemos
utilizar tapones para los oídos.
2. Oscuridad completa. La luz en los ojos hace que el
cerebro se mantenga alerta y no alcance a relajarse.
Si no es posible mantener la oscuridad, cabe la
posibilidad de utilizar un antifaz.
3. Poca televisión. La costumbre de apagar el televisor
e irnos directamente a la cama no es demasiado
recomendable si queremos conciliar un sueño relajado.
Si estimulamos el cerebro a base de encendidos
debates, trepidantes aventuras o disputadas
finales deportivas, es lógico que luego nos cueste
coger el sueño.
4. Cenas ligeras. Es aconsejable cenar algo ligero y
esperar un par de horas antes de acostarnos. Conviene
evitar los alimentos dulces ya que aumentan
el nivel de glucemia en el organismo y dificultan el
sueño.
5. Pies calientes. Un remedio antiguo pero infalible.
Mantener los pies calientes con la simple ayuda de
unos calcetines hará que nuestro organismo descanse
de forma más confortable y que nos despertemos
menos veces durante la noche.
6. Dejar los problemas fuera del dormitorio. Mañana
será otro día. Debemos evitar acostarnos dándole
vueltas a todas nuestras preocupaciones, cosas
pendientes o problemas.
7. Mejor pronto que tarde. La mayoría de seres vivos
descansan con la puesta del sol, excepto nosotros.
Eso no significa que tengamos que acostarnos a las
6 de la tarde, pero tampoco a la una de la madrugada.
Nuestro organismo tiene sus propios ritmos y
debemos procurar no forzarlos en exceso. También
es importante acostarse y levantarse siempre a la
misma hora, un hábito que nos ayudará a dormir
mejor.