Revista Pesca Mayo 2015
La revista Pesca es un medio de información alternativo referido a temas del mar y de la pesquería. Difunde información, ideas y corrientes de opinión que tienen por objeto crear conciencia de la necesidad de hacer sostenible la extracción de los recursos marinos, de seguridad alimentaria y del cuidado del medio ambiente. Pero sobre todo, contribuir con información para que el lector empiece a formarse una opinión propia sobre la problemática pesquera.
La revista Pesca es un medio de información alternativo referido a temas del mar y de la pesquería.
Difunde información, ideas y corrientes de opinión que tienen por objeto crear conciencia de la necesidad de hacer sostenible la extracción de los recursos marinos, de seguridad alimentaria y del cuidado del medio ambiente. Pero sobre todo, contribuir con información para que el lector empiece a formarse una opinión propia sobre la problemática pesquera.
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«Giovanni tenía claro que quería encontrar un producto<br />
nuevo pero no sabía cuál. En todo el proceso de investigación<br />
e ideación trabaja con las mujeres de las naves<br />
industriales. Todos van probando distintos modos de<br />
presentar las conservas», relata la cofundadora de las<br />
Indias Electrónicas. «Participa gran parte de la comunidad.<br />
Las mujeres hacen propuestas y las llevan a casa<br />
para que su familia las pruebe. Del conocimiento y la<br />
opinión de todos sale el filete de anchoa sin espinas.<br />
Gionvanni utilizaba un modelo inclusivo de innovación<br />
empresarial y de desarrollo colectivo.<br />
Cuenta Fernández que el genovés optó por una<br />
«metodología abierta». «No patentaron su invento. Ellos<br />
tenían el conocimiento pero no lo registraron. Era una<br />
propuesta igual a la que hace hoy el software libre. Y<br />
eso permitió que, desde mediados de los años 20, fuera<br />
creciendo la industria conservera en el Cantábrico y que<br />
aún hoy sea uno de los mayores sectores productivos de<br />
la zona». La experta en análisis de redes asegura que es<br />
«uno de los primeros casos que conocemos de innovación<br />
en la que se tuvo en cuenta a los trabajadores. Producían<br />
de forma colaborativa. Aquellas personas estaban<br />
orgullosas de lo que hacían y eso tuvo su reflejo en el<br />
entorno». De esto se pueden extraer muchas lecciones,<br />
según Fernández. «Es necesario redescubrir valores de<br />
otras épocas y recuperar las cosas interesantes que se<br />
hicieron en el XIX y XX. Me parece imprescindible rescatar<br />
esa idea de que el trabajador innova. La innovación<br />
no es cosa de unos pocos. No es el resultado de trabajos<br />
individuales, sino de un proceso colectivo. Cuando el<br />
mérito recae en una sola persona, invisibiliza al resto que<br />
ha participado. En la preparación de un filete de anchoa<br />
intervienen el señor que lo pesca, la mujer que lo limpia,<br />
la persona que lo empaqueta, el conductor que lo transporta…<br />
Todos son insustituibles».<br />
En el lomo de pescado Fernández ve algo más. «La llegada<br />
de los italianos a Cantabria hizo progresar la industria<br />
de la conservación. Las anchoas supusieron una época<br />
de crecimiento industrial y convirtieron la bahía de<br />
Santoña en el mayor almacén de anchoas en salazón del<br />
mundo. Abrir las puertas a personas que vienen con otra<br />
forma de ver las cosas es imprescindible para innovar y<br />
aumentar el conocimiento. Es muy probable que Giovanni<br />
no hubiese pretendido hacer un producto distinto si se<br />
hubiese quedado en Génova y es probable que tampoco se le hubiese ocurrido a<br />
nadie en Cantabria».<br />
La anchoa es un pez minusvalorado. A menudo lo buscan por su sabor, su suavidad,<br />
su vitamina D o su zinc. Pero hasta ahora nadie hablaba de la lección económica<br />
que dio al mundo a principios del siglo pasado. Y menos aún de que este<br />
pez, también, es un animal político.<br />
(Ilustración: Rocío Cañero)<br />
En el siglo XVI era la perdición de Carlos I. El rey, cuando viajaba, llevaba en su<br />
equipaje barriletes de anchoas en salazón que regaba generosamente con unas<br />
jarras de cerveza. El pez, por aquel entonces, era el capricho de un emperador.<br />
Pero tres siglos más tarde pasó al otro lado. A la comunidad. La anchoa se convirtió<br />
en un ejemplo de innovación colectiva. Entonces todos tenían voz e influían en<br />
sus destinos. Todos menos la anchoa, que siempre se llevó la peor parte. Acabar a<br />
mordiscos en cualquier lugar.<br />
Fuente<br />
<strong>Revista</strong> <strong>Pesca</strong> <strong>Mayo</strong> <strong>2015</strong> 49<br />
http://www.yorokobu.es/lecciones-de-economia-de-una-lata-de-anchoas/