Tesina de Grado Alejandra Busto

de que una persona -varón o mujer- puede poner en práctica un espacio jerárquico dedesempeño laboral.En muchas oportunidades se habla de liderazgo en consonancia, casi comouna dependencia directa, con alguna persona muy importante en algún ámbito enparticular. El estereotipo marca aquí una inclinación fuerte: ‘un varón de la esferapública’. A la manera de accionar de esta persona se lo entendería entonces comoliderazgo.En primer lugar es necesario comprender que el liderazgo es una cualidad queno todas las personas poseen y, sin embargo, debiera ser condición imprescindible dedesarrollo para ejercer ciertos cargos en la relación con otros pares o subordinados.Aparece entonces una suerte de batalla teórica, casi natural, en torno de la posibilidadde desarrollar el ejercicio de liderazgo.La discusión radica en si éste puede seradquirido o se trata simplemente de un don con el que se nace.Otra problemática que ronda al concepto de liderazgo es la posibilidad de queexista un liderazgo masculino y otro femenino. En esta discusión están enfrentadasposiciones teóricas que nacen dentro de las distintas corrientes feministas. Tambiénmuchos investigadores que no adscriben a estas ideologías se inclinan por una de lasdos posturas. Los argumentos a favor y en contra circulan en varias disciplinas, yaisladamente todos son dignos de reflexión; es quizá simplemente una forma depararse ante la problemática para darle un grado mayor de perspectiva, una forma deabrir el juego de la equidad.Prefiero entender aquí que la explicación no debiera centrarse tanexclusivamente en pensar las características del liderazgo femenino y las delmasculino; aún cuando esta clasificación permita establecer quizá parámetros máscompletos de aprendizaje y desarrollo. Quizá existan formas de liderar como personashay en el mundo. Cierto es que las estructuras acompañan el buen desarrollo de la76