Libro Ídolos Maulinos

“El ajedrez es una disciplina que hoy ha crecido de manera importante.
Existen Olimpíadas, donde se reúnen 2.000 jugadores de distintos países.
Incluso a temprana edad se pueden encontrar maestros de la especialidad,
lo cual no ocurría en mis tiempos en que sólo se lograba eso a una edad
más avanzada”.
Contrariamente a lo que se podría suponer, para jugar ajedrez no se
requiere tener una mente brillante, ya que a juicio del maestro Silva: “Se
necesita tener habilidades, pero además, es indispensable tener ganas,
deseos, voluntad y fuerza interior para aprender”.
Con la experiencia que da el paso de los años, y al mirar la forma en que
antiguamente los deportistas debían luchar por ganar espacios, surge un
recuerdo especial: “En mi caso particular, cuando ya me creía relativamente
bueno para jugar, disputé el primer torneo en el colegio en que estudiaba
y fui eliminado. Tras quedar fuera no bajé los brazos y entendí que todas
las derrotas te dejan una gran enseñanza, principalmente no creerse
nunca el mejor”.
En el ajedrez no se debe buscar lo fácil, ya que para llegar a altos niveles
hay que soportar períodos de frustración e insomnio, provocados por
las partidas que se han perdido. Pero la alegría de la labor bien hecha
también reemplaza las frustraciones que se sufren.
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