Libro Ídolos Maulinos

“El momento más emotivo en una medialuna, fue
cuando se corrió el novillo del silencio en homenaje
a mi padre.”
JOSÉ ASTABURUAGA PÉREZ / TALCA
La remodelada medialuna de San Clemente, flamante sede del Clasificatorio
2001, comenzaba a llenarse de aires de chilenidad. Los artesanos,
exhibían una variada gama de productos, mantas multicolores, monturas,
chupallas de huaso, espuelas y riendas de distintos modelos, todos bellos
elementos que dan sentido de identidad a esta zona huasa de Chile.
Los huasos a caballo en las tribunas, un público expectante y fervoroso,
los melódicos acordes del arpa y los pies de cueca, anticipaban una gran
fiesta del rodeo. En definitiva, estaban representados los sentimientos
más sublimes del alma y sentimiento nacional.
Sin embargo, para “Joselo” Astaburuaga era un momento de tristeza. Su
corazón palpitaba nervioso y latía con más fuerza. En la medialuna, se
correría el novillo del silencio, en homenaje a su padre Aníbal Astaburuaga,
recientemente fallecido. De él aprendió y heredó el amor por los caballos,
en la apacible comuna de Pelarco.
El tres veces campeón de Chile, con una humildad que estremece, recuerda
ese momento como el más importante y trascendente en una medialuna,
al evocar a su padre. El mismo circuito donde “Joselo” fue tantas veces
aplaudido, vitoreado, ovacionado y elevado a la máxima expresión
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