Libro Ídolos Maulinos

ENRIQUE ALVARADO VILLENA / TALCA
Se podría señalar que fue el trabajo dedicado, transformado en una obra
maestra, el legado deportivo que nos dejó Enrique Alvarado. Al hurgar en
su historia, no nos encontramos con una imagen borrosa o disminuida de
su figura, sino por el contrario su estampa de vencedor se agiganta con
el ir y venir del tiempo. Especialmente para quienes conocieron y fueron
testigos privilegiados de sus innumerables hazañas.
Podría resultar hasta paradójico, pero como se dice en buen chileno “El
Huaso” Alvarado, como se le conocía popularmente, murió con las botas
puestas, haciendo lo que quería y sentía. En una competencia ciclista que
se realizaba al interior de la localidad de Duao, en la comuna de Maule, a
bordo de la bicicleta le sobrevino un fulminante infarto, dejando de existir
a la edad de 69 años, el 19 de diciembre de 1998, ante la incredulidad
de los asistentes al evento y el dolor de la familia, amigos y comunidad
deportiva.
“Recuerdo a mi padre ganando muchas e innumerables competencias
en el velódromo del Estadio Fiscal y dando la vuelta Olímpica conmigo
al hombro. Allí recibía el aplauso y reconocimiento de los seguidores del
ciclismo”, recuerda su hijo Emilio.
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