Libro Ídolos Maulinos

“Cuando tuve que viajar, recuerdo que llevaba una mochila cargada
de sueños e ilusiones y al abrazar a mi hija Antonia, al momento de la
despedida, lo hice con una gran emoción y le dije: hija, el papá triunfó”.
Eso para mí fue lo máximo.
Fue en el año 1996, cuando Raúl Pinochet se dedicó a jugar de manera
profesional. Atrás quedaba una impecable trayectoria, que le permitió
estar ubicado por largos años entre los mejores 20 jugadores de Chile.
Asimismo, llegó a ser considerado uno de los más destacados ajedrecistas
de Talca y a defender los colores de Rangers y del Deportivo Español,
respectivamente. “Fue una decisión personal, había cumplido mi meta
de ganar el campeonato de Chile e ir a un Panamericano fue un premio
adicional”.
Formó equipo con grandes del ajedrez talquino, como Carlos Silva, Carlos
Sará y Hugo González. “Estábamos al alero del Club de Deportes Rangers
y éramos prácticamente un equipo imbatible. El ajedrez me enseñó un
estilo de vida. Está presente en todas partes y sirve para aprender a
priorizar, planificar y elaborar estrategias. Es el producto de la unión entre
ciencia y arte”.
Hoy, Raúl Pinochet se desempeña como Agente en una institución
financiera y se confiesa un agradecido de la vida: tiene cinco hijos y un
pasado deportivo que lo enorgullece y lo sitúa entre los mejores de esta
disciplina.
Raúl Pinochet en una partida con Carlos Varas
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