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REVISTA PESCA AGOSTO 2017

La revista Pesca es un medio de información alternativo referido a temas del mar y de la pesquería. Proporciona información, ideas y opiniones obtenidas de fuentes diversas, que tienen por objeto exponer la problemática de la pesca en el Perú y el mundo.

La revista Pesca es un medio de información alternativo referido a temas del mar y de la pesquería. Proporciona información, ideas y opiniones obtenidas de fuentes diversas, que tienen por objeto exponer la problemática de la pesca en el Perú y el mundo.

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cidencia política, la cual se define como una acción<br />

provocada por ciudadanos para provocar y<br />

generar cambios.<br />

En noviembre de 2016 se publicó esta misma nota.<br />

Desde entonces lo único nuevo en el tema es<br />

la decisión peruana de integrarse a un sistema de<br />

control satelital para detectar embarcaciones que<br />

podrían estar realizando pesca ilegal. Pero más<br />

allá de eso, ¿que planes existen ante la detección<br />

satelital de barcos dentro de las 200 millas?<br />

En el supuesto de que los controles satelitales<br />

detecten a esta flota, ¿quien va a hacer la interdicción?<br />

¿Fragatas, patrulleras? Zarpando desde<br />

Paita o El Callao ¿cuánto demoran en llegar a la<br />

zona de detección? El país merece saber que acciones<br />

se tomaran y que sanciones se aplicarían.<br />

Este tema de pesca ilegal tiene años o tal vez<br />

décadas de existencia, así como otros problemas<br />

de la pesca que se denuncian de vez en cuando<br />

para que no pase absolutamente nada.<br />

¿Alguna vez la ciudadanía se organizara para exigir<br />

cambios hasta lograrlos?<br />

Marcos Kisner<br />

Hace muchos años se actuó en forma decida contra la<br />

pesca ilegal como se muestra en los siguientes extractos<br />

de notas antiguas:<br />

“En la primavera de 1952, cuando el Perú proclamaba su soberanía<br />

sobre las 200 millas de mar territorial (tesis que constituye<br />

una daga en el corazón para la ConveMar), la cual –por<br />

supuesto- quedó oleada y sacramentada cuando la “Flota Imperial”<br />

de Onassis fue apresada y puesta en fuga por la Armada<br />

Peruana, siendo presidente el Gral. Odría.<br />

Cuando la “Olympic Whaling Company” emprendió una expedición<br />

en busca de ballenas por las costas del Perú en agosto<br />

de 1954, la prensa peruana calificó a Onassis como “pirata<br />

ballenero”. Los encabezados atacaban a la expedición de<br />

Onassis: “Flota pirata ballenera desafía a nuestra Armada”,<br />

apareció como titular de carátula.<br />

La prensa informó que la flota de Onassis, encabezada por el<br />

imponente Olympic Challenger, no solamente incumplía los<br />

reglamentos de la Comisión Internacional Ballenera, sino que<br />

el propio Onassis había violado la soberanía del Perú cazando<br />

ballenas dentro del límite de 200 millas fijado por el gobierno<br />

peruano. El límite de 200 millas fue discutido en Santiago, en<br />

agosto de 1952, cuando Perú, Chile y Ecuador decidieron establecer<br />

un mar territorial de 200 millas de ancho a lo largo<br />

de sus costas. Estas naciones votaron por capturar a cualquier<br />

“invasor” de sus mares territoriales y multarlos en proporción.<br />

Una editorial en La Prensa decía: “Las invasiones<br />

piratas, como las practica Onassis no pueden ser toleradas. Si<br />

llegan a ocurrir, los transgresores deben ser aprehendidos y<br />

sus naves confiscadas por la Armada”. Onassis, creía que el<br />

límite de 200 millas era absurdo, alegando que los mares eran<br />

“libres al tráfico marítimo” y que fuera de las 3 millas del límite<br />

“convenido desde la Edad Media”, sus barcos podían desempeñar<br />

sus actividades como les viniera en gana; consideraba<br />

cualquier interferencia, de algún gobierno ribereño, como<br />

“acto bélico”.<br />

Ya que la mayoría de la tripulación de los barcos de Onassis<br />

eran alemanes, los temperamentos se exaltaban mucho cuando<br />

las noticias llegaban a la prensa de Berlín. “Los peruanos<br />

no se atreverán a detener al Olympic Challenger, “rezongaba<br />

el de Hamburgo”: Los peruanos están en plan de alarde”.<br />

Pero los peruanos no estaban alardeando. El presidente Odría<br />

estaba furioso contra Onassis y no tenía la menor intención<br />

de permitirle que “violara el mar del Perú”. El 15 de noviembre<br />

de 1954, Perú embistió: Cuando dos de los barcos de<br />

Onassis, el Olympic Lightning y el Olympic Victor, fueron localizados<br />

cazando ballenas a 180 millas de las costas, dos destructores<br />

peruanos, el Aguirre y el Rodríguez, le ordenaron a<br />

los balleneros entregarse “por invasión de aguas nacionales”.<br />

Los barcos fueron escoltados al puerto de Paita. El mismo día<br />

otro navío peruano, el Castilla, y varios destructores más,<br />

capturaron más buques del equipo de Onassis. Los miembros<br />

de la tripulación fueron arrestados y sometidos a interrogatorios<br />

por la policía peruana.<br />

A la mañana siguiente el barco madre, Olympic Challenger,<br />

fue realmente atacado por la Fuerza Aérea Peruana. Como<br />

una advertencia, se dejaron caer bombas alrededor del barco;<br />

el capitán Reichert ordenó al jefe de máquinas que se pusiera<br />

la nave a toda marcha para alejarse de las costas peruanas.<br />

Una de las bombas desgarró un agujero en el costado del<br />

barco, y el fuego de ametralladoras salpicó la cubierta. Nadie<br />

fue muerto ni herido pero la intención estaba bien clara. El<br />

Olympic Challenger se entregó.<br />

Aunque un portavoz de la flota de Onassis declaró que los<br />

barcos estaban bien alejados del límite de 200 millas impuesto<br />

por el Perú, el gobierno peruano anunció que todos los<br />

balleneros habían sido capturados dentro. En los días que<br />

siguieron a la captura del Olympic Challenger, otros dos balleneros<br />

de la flota de Onassis, el Olympic Conqueror y el Olympic<br />

Fighter, se entregaron a los peruanos. Apenas seis de los<br />

barcos de Onassis escaparon y se refugiaron en el puerto de<br />

Balboa, en Panamá. Onassis estaba en Londres cuando supo<br />

de las dificultades de su flota. Públicamente estaba sorprendentemente<br />

calmado. “Estamos esperando para ver lo que se<br />

hace”, dijo. En privado, estaba considerando en mandar un<br />

convoy con mercenarios en sus propias naves, muy bien pertrechadas,<br />

para atacar a los peruanos. Sarcásticamente<br />

agregó que si los peruanos pueden extender sus límites territoriales<br />

de 3 a 200 millas “pues entonces un par de miles de<br />

millas más, y que incluyan a Australia entre sus posesiones<br />

territoriales”. Onassis declaró a los reporteros británicos que<br />

su flota había entrado a aguas peruanas porque el presidente<br />

del Perú le había prometido al presidente de Panamá que su<br />

flota podría operar a 50 millas del litoral peruano. Puesto que<br />

la flota de Onassis navegaba bajo el pabellón de Panamá<br />

(“bandera de conveniencia”), Onassis llamó por teléfono a<br />

funcionarios de ese país y les dio instrucciones para que tomaran<br />

una acción diplomática contra el Perú. La protesta, sin<br />

embargo, unida a las quejas propuestas ante la ONU y la<br />

OEA, no pudo resolver nada. Entonces hizo la transferencia<br />

del pabellón de su flota, de Panamá, al de la nación de su<br />

patria adoptiva, Argentina.<br />

En Alemania, la captura y agresión al Challenger revelada por<br />

la prensa escandalizó a la opinión pública. Un encabezado a<br />

Revista Pesca Agosto <strong>2017</strong> 80

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