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Actos de Jura / Promesa · VIDA COLEGIAL<br />

vuestros conciudadanos. Sus bienes, sus derechos,<br />

su libertad y hasta su vida, llegado el caso, quedará<br />

bajo vuestro amparo. Nadie ejercerá potestad más<br />

amplia ni más compleja que la vuestra.<br />

Por eso no toméis esta Carrera como una más,<br />

viendo en ella solo un medio lícito de ganaros la vida.<br />

Si alguna vez sentís la tentación de tomar la<br />

profesión de abogado como un mecanismo, es decir,<br />

de actuar maquinalmente, de poner la conveniencia<br />

en el primer plano de la atención... reflexionad...<br />

porque estaréis a punto de consumar, quizás sin daros<br />

cuenta, la más radical traición de vuestros deberes.<br />

Tomad en consideración que los actos<br />

profesionales constituyen casos de conciencia,<br />

y que podéis hacer daño inmenso; no ya con por<br />

maldad, sino por simple tibieza. Pues la ira de los<br />

despechados, la oferta de los poderosos, la soberbia<br />

de los influyentes os acecharán... y a todo habéis de<br />

resistir. Habréis de ser fuertes en vosotros mismos y<br />

por vosotros mismos, sin fiar en ayudas extrañas, pero<br />

satisfechos con el deber cumplido, con serenidad,<br />

independencia y libertad.<br />

Tened en cuenta que vuestro quehacer,<br />

sustancialmente, va dirigido a la Justicia; y la Justicia<br />

no es una extraña y arcana liturgia exclusiva para<br />

iniciados. La Justicia está con la ciudadanía y, quienes<br />

a ellos dedicamos nuestro trabajo, conocemos<br />

y vivimos lo cotidiano y, por tanto, hemos de ser<br />

sensibles a lo que acontece, desde el inexcusable<br />

respeto y cumplimiento de la legalidad.<br />

Ejercicio y cumplimiento de la legalidad, que ha<br />

de inspirarse siempre en la virtud de la prudencia;<br />

primera de las virtudes cardinales, guía y moderadora<br />

de las otras virtudes.<br />

Y difícilmente se puede vivir el espíritu de lo justo,<br />

sin ser previamente prudente.<br />

De ahí que os exhorte a la prudencia.<br />

La prudencia, es el equilibrio que permite que<br />

la balanza de la Justicia se asiente en el fiel del<br />

acierto. Pero un acierto en el que el abogado no ha<br />

de instalarse como un simple operador económico,<br />

sino como un prestador responsable de servicios a<br />

esa Justicia.<br />

Y si de responsabilidad hablamos, bueno es<br />

recordar que la responsabilidad ha de discurrir por el<br />

cauce del conocimiento, de la sabiduría, de la pasión<br />

por la verdad, con creatividad, lealtad, generosidad,<br />

libertad, civismo, integridad, apertura y cultivo<br />

del espíritu, honestidad, solidaridad, capacidad<br />

crítica, capacidad de relación y convivencia,<br />

esfuerzo, respeto, constancia, sensibilidad social,<br />

compromiso ético, bondad, tolerancia, respeto al<br />

pluralismo sin renunciar a las ideas propias. De<br />

todo ello ha de quedar impregnada esta actividad<br />

profesional, de forma que impregne también vuestros<br />

comportamientos y actitudes, sin indiferencia ante<br />

la realidad circundante. Es importante pues, que el<br />

objetivo no sea la obsesión por el éxito profesional;<br />

antes bien debéis ser conscientes de que existen<br />

causas e ideales por los que vale la pena sacrificar<br />

buena parte, y llegado el caso, de intereses personales.<br />

Los abogados, por su implicación jurídica sois<br />

baluartes en la defensa de lo justo y, sin vuestra<br />

imprescindible colaboración, la función judicial no<br />

sería posible en un marco de Derecho.<br />

La Abogacía atiende a un interés esencialmente<br />

público, que se corresponde con el que alcanza<br />

igualmente a los jueces.<br />

Ambos, jueces y abogados, son fieles servidores<br />

del Estado; actuando ambos, simplemente, dos<br />

momentos de la misma función. Jueces y abogados<br />

son servidores del mismo deber, y en el equilibrio de<br />

este binomio, más allá de las pasiones, se han de<br />

resolver las cuestiones que en posiciones distintas,<br />

pero no antagónicas, les incumben, pero sin creerse<br />

en la posesión absoluta de la verdad.<br />

Sabido es que quien cree poseer la clave de<br />

lo verdadero siempre está dispuesto a imponer<br />

su verdad. Y, estos hombres, pretendidamente<br />

verdaderos, están tan seguros de lo que piensan que<br />

son propicios a incurrir en excesos.<br />

De ahí, y quiero destacarlo una vez más, el respeto<br />

mutuo que ha de imperar en la relación profesional<br />

entre jueces y abogados. El juez que no guarde respeto<br />

al abogado, como el abogado que no se lo guarde al<br />

juez, ignora que Abogacía y Magistratura obedecen a<br />

la ley de los vasos comunicantes: No se puede rebajar<br />

el nivel de una sin que el nivel de la otra descienda<br />

exactamente lo mismo.<br />

Y si a los abogados, se os distingue como adalides<br />

del derecho de defensa, hemos de recordar que, para<br />

la ciudadanía, este derecho es el que se alza contra la<br />

arbitrariedad y aún la injusticia. Cualquier afectación<br />

grave de este derecho vacía de contenido el modelo<br />

constitucional de justicia.<br />

Por ello, cuando un abogado acepta una defensa<br />

es porque estima, aunque sea erróneamente, que la<br />

pretensión de su defendido es justa. Recordad, no<br />

obstante, que el éxito parte de una actitud personal, y<br />

que a la excelencia se llega por medio de la mesura, la<br />

ponderación y el equilibrio.<br />

Desde estas reflexiones, acaso propiciadas por<br />

mi veterana condición de juez, flamante padre de<br />

abogada y, desde siempre, hijo de abogado, por lo<br />

que he vivido de cerca inmerso en esta profesión,<br />

consciente de que los hombres solo conocemos el<br />

presente, los Dioses el futuro, y los sabios lo que se<br />

avecina, permítanme que, finalmente, les exhorte<br />

a que vivan una Abogacía defensora y garante de<br />

la Justicia; comprometida con los derechos de los<br />

ciudadanos; una Abogacía persuasiva, preventiva,<br />

innovadora, atenta a las nuevas fórmulas de<br />

comunicación, europea y con visión global; debiendo<br />

afrontar esta nueva etapa, que hoy iniciáis, con<br />

ilusión y entusiasmo.<br />

Enhorabuena queridos compañeros.<br />

*Discurso pronunciado con motivo de la jura de<br />

su hija María de los Ángeles Gálvez Rabadán el 17 de<br />

febrero.<br />

Julio 2017 Ilustre Colegio Provincial de Abogados de Almería · Sala de Togas<br />

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