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Derecho de los animales a un abogado · COLABORACIONES<br />
Derecho de los animales<br />
María Gámez Rosales<br />
Abogada especializada en<br />
Derecho Animal<br />
Cda. 4637 ICAALMERIA<br />
Derecho a un<br />
abogado<br />
Con esta publicación me estreno en esta revista tan<br />
importante a nivel provincial, un espacio privilegiado<br />
en el que me leerán personas letradas (tenidas<br />
por sabias e instruídas), profesionales del Derecho,<br />
conocedores de las leyes y de las artes jurídicas. He de<br />
agradecer a la dirección de Sala de Togas por permitirme<br />
la publicación de estas líneas que, por cortas que<br />
sean, a mí me parecen un mundo a descubrir entre tanto<br />
saber, y espero poder ilustrar de alguna manera sobre<br />
una temática poco o nada estudiada en nuestra profesión.<br />
La palabra animal viene del latín animal-alis, lo que<br />
quiere decir ser dotado de respiración o del soplo de la<br />
vida (anima), es el único vocablo latino de género neutro<br />
que designa a seres vivos, ya que el género neutro se<br />
utilizaba para designar cosas u objetos. La antítesis de<br />
animal es inanimado, es decir, seres que no tienen el soplo<br />
de la respiración, sin embargo, desde el origen de la<br />
palabra encontramos pinceladas despectivas puesto que<br />
propiamente viene a significar “cosa que respira” derivando<br />
a su vez en otras como “alimaña” (del latín animalia),<br />
lo que ha marcado una tendencia de “cosificar” a los<br />
animales y que vemos reflejada en nuestras leyes.<br />
Derecho a un abogado. Sí. Y puede parecer algo dislocado,<br />
platónico, de risa para algunos y digno del mayor<br />
reconocimiento para otros, dependiendo de la parte del<br />
estrado de la vida en el que uno se encuentre.<br />
Esto no es nada nuevo. Ya en la Edad Media había<br />
abogados de animales que los defendían cuando éstos<br />
eran acusados de suponer un peligro o amenaza para<br />
los cultivos, los niños, o para la población en general,<br />
quedando estas prácticas procesales recogidas en documentos<br />
históricos que datan nada más y nada menos que<br />
del s.XIII. En estos pleitos se citaba a comparecer ante<br />
los Tribunales a ratas, escarabajos, cerdos, cochinillas y<br />
demás miembros de la comunidad animal. Se notificaba<br />
formalmente a los acusados sobre su citación procesal,<br />
se leían estas notificaciones por un funcionario donde<br />
presuntamente se encontraban los animales, se les asignaba<br />
un letrado defensor y se les condenaba mediante<br />
sentencia.<br />
Encontramos varios abogados defensores de los animales<br />
en los anuales de la Historia, destacando entre<br />
todos ellos Antoine Filiol y sobre todo el joven letrado<br />
Barthélemy de Chassanée, defensor de oficio de los acusados<br />
y que más tarde llegó a convertirse en un gran y<br />
célebre jurista por el ingenio demostrado en uno de sus<br />
pleitos en el que varias ratas arrasaron unos cultivos de<br />
los campos de Autun (Francia) en Agosto de 1487. Los<br />
campesinos perjudicados buscaron en la justicia una<br />
solución a su problema y el Tribunal las citó para que se<br />
personaran en el juicio. Un funcionario acudió al lugar<br />
donde vivían las ratas delincuentes y leyó la notificación<br />
de comparecencia. Como abogado defensor de los<br />
roedores se nombró al joven letrado Chassanée, quien<br />
solicitó a su Señoría un aplazamiento de la vista ya que<br />
sus clientes (las ratas) eran tan numerosas y estaban tan<br />
dispersas en diferentes lugares del mundo que se debía<br />
notificar en todos aquellos lugares donde hubiera ratas<br />
puesto que la falta de notificación supondría la indefensión<br />
de muchos de sus clientes y éstos merecían toda la<br />
protección de la Ley. Alegó que, aunque muchas de ellas<br />
querían acudir al Tribunal, se encontraban temerosas<br />
de ser atacadas por gatos y que no tenía sentido poner<br />
en riesgo sus vidas para cumplir con la mencionada citación.<br />
Como las ratas nunca llegaron a la vista, el joven<br />
letrado apeló que no era justo castigar a todas las<br />
ratas por culpa de unas pocas que cometían delitos en<br />
los cultivos de la zona, por lo que el Juez, sin saber cómo<br />
proceder en dicho caso o cansado ya del mismo, aplazó<br />
el procedimiento indefinidamente en el tiempo.<br />
Este tipo de juicios se tomaban muy en serio por parte<br />
de la ciudadanía y de la justicia, y se estuvieron celebrando<br />
durante al menos diez siglos, que no es poco.<br />
Hoy en día, los abogados, procuradores, jueces, fiscales,<br />
agentes de la autoridad, y demás personal con<br />
Julio 2017 Ilustre Colegio Provincial de Abogados de Almería · Sala de Togas<br />
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