10.11.2019 Views

Allá abajo (Crónicas Femeninas)

“Allá abajo (crónicas de adoctrinamiento femenino)” es una novela propuesta como una conversación entre amigas donde sus protagonistas irán exponiendo sus fantasmas, placeres y desplaceres que condicionan su vida íntima. A través de los capítulos se verán enfrentadas a situaciones que le harán replantearse su posición frente a su sexualidad y al conocimiento de su órgano genital. Todo parte de un hecho casi casual: Mónica, la protagonista, ante una propuesta de su pareja, se pregunta si debe depilarse por completo aquello que su madre llamaba sus “partes íntimas”. Es el puntapié inicial de esta deliciosa novela donde se exponen las charlas de un grupo de mujeres que, como muchas de su generación, recibieron como herencia mandatos sociales entre los que se incluye la ignorancia respecto a su anatomía genital, y la idea que tenían de estar conformes cumpliendo su rol, en un segundo plano. Cada una de las mujeres de esta historia transitará un camino hacia el autoconocimiento sexual y la libertad en el terreno del placer erótico, alejándose de prejuicios, y posicionándose en el centro de la escena. Conflictos, “rollos” e inhibiciones, creados en un marco educativo y social dominado por tabúes, y aquellas libertades que ha conquistado el antes llamado “sexo débil”; se desarrollan y exponen a través del relato de las protagonistas. De manera clara y contundente, por medio de experiencias propias y ajenas, intentarán modificar su presente desnudando su pasado.

“Allá abajo (crónicas de adoctrinamiento femenino)” es una novela propuesta como una conversación entre amigas donde sus protagonistas irán exponiendo sus fantasmas, placeres y desplaceres que condicionan su vida íntima. A través de los capítulos se verán enfrentadas a situaciones que le harán replantearse su posición frente a su sexualidad y al conocimiento de su órgano genital. Todo parte de un hecho casi casual: Mónica, la protagonista, ante una propuesta de su pareja, se pregunta si debe depilarse por completo aquello que su madre llamaba sus “partes íntimas”. Es el puntapié inicial de esta deliciosa novela donde se exponen las charlas de un grupo de mujeres que, como muchas de su generación, recibieron como herencia mandatos sociales entre los que se incluye la ignorancia respecto a su anatomía genital, y la idea que tenían de estar conformes cumpliendo su rol, en un segundo plano. Cada una de las mujeres de esta historia transitará un camino hacia el autoconocimiento sexual y la libertad en el terreno del placer erótico, alejándose de prejuicios, y posicionándose en el centro de la escena. Conflictos, “rollos” e inhibiciones, creados en un marco educativo y social dominado por tabúes, y aquellas libertades que ha conquistado el antes llamado “sexo débil”; se desarrollan y exponen a través del relato de las protagonistas. De manera clara y contundente, por medio de experiencias propias y ajenas, intentarán modificar su presente desnudando su pasado.

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

más relajada porque me permite ocultar las áreas pilosas que el verano me<br />

obliga a exponer. Por supuesto, no todas las partes en cuestión están sujetas al<br />

mismo criterio, una cosa es la cara y otra la entrepierna, dejémoslo claro. Si el<br />

procedimiento lo llevo adelante en casa, y subordinado al tiempo que emplearé,<br />

está el elemento a utilizar: tiras depilatorias, cera (en cualquiera de sus versiones),<br />

crema o maquinita de afeitar. ¡Ah, vos también!..., viste, todas compartimos el<br />

mismo estigma. Sé que existe un método con caramelo pero no entra en mis<br />

técnicas. La tarea la ejecuto dos veces al mes, coronándola con una visita, cada<br />

dos meses, a la depiladora. Esta última es una especie de tortura urbana, donde,<br />

dependiendo de empleada de turno (aún no he escuchado acerca de hombres<br />

que hagan este tr<strong>abajo</strong>) y su humor, sufro la cera más o menos caliente y el tirón<br />

más o menos fuerte. ¿La pinza?..., sí, por supuesto, esta se encarga de los casos<br />

aislados y extremos. Días atrás, durante una sesión de pinza, los dedos de mi<br />

mano percibíeron pelos en la cara interna del muslo (cerca de la entrepierna)<br />

pero no los veía. Presbicia, dictaminó el oculista.<br />

II.<br />

Fue mi tía Lila quien me inició en los secretos de la depilación. Sucedió en ocasión<br />

del festejo del cumpleaños de mi primo Francisco (el mayor de sus hijos). El<br />

agasajo era en un balneario público donde iríamos mis padres y yo, mi tía, su<br />

marido y sus tres hijos, más algunos amigos del colegio. En aquel momento tenía<br />

yo catorce años y si bien mi cuerpo era bastante esmirriado, mis tetas, al estilo<br />

Bo Derek, dejaban bien en claro que no era ya una niña. Vos también sos tetona<br />

como yo. En ese entonces los pelos en zonas donde antes todo era lampiño<br />

habían dado su “presente” tiempo atrás. Estos solían escaparse a izquierda y<br />

derecha de los calzones, mientras otros insistían en asomar por encima; nada<br />

que una tijera no pudiese solucionar, pero la novedad, y eso para peor, eran los<br />

nuevos pelos que aparecieron entre los muslos, imposibles de ocultar, salvo que<br />

usase trajes de baño como los de mi madre. ¿Te acordás de eso? Se mojaban y<br />

tardaban horas en secarse.<br />

17

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!