Cordero de Dios. La sustitución como mecanismo de Dios. El fin de los sacrificios
Análisis de la sustitución como mecanismo que ha realizado Dios, a través de la historia casi reciente de la humanidad, para lograr reencauzarla llevándola al camino del amor al prójimo, alejándola de falsas espiritualidades y errores en las concepciones de la divinidad. Reemplazos necesarios para sustituir lo errado, lo malo, lo peligroso -de supuestas espiritualidades-, por lo bueno, lo sano, lo edificante, lo amoroso. Sustituyendo, reemplazando, el odio por el amor, y la muerte por la vida.
Análisis de la sustitución como mecanismo que ha realizado Dios, a través de la historia casi reciente de la humanidad, para lograr reencauzarla llevándola al camino del amor al prójimo, alejándola de falsas espiritualidades y errores en las concepciones de la divinidad. Reemplazos necesarios para sustituir lo errado, lo malo, lo peligroso -de supuestas espiritualidades-, por lo bueno, lo sano, lo edificante, lo amoroso. Sustituyendo, reemplazando, el odio por el amor, y la muerte por la vida.
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regalo, particularmente el Satán 1 , el líder de esta
rebelión.
Estos ángeles, que como todos los demás, habían
sido creados buenos y predestinados a la santidad
y que sin embargo en su libre albedrío se corrompieron.
A partir de allí estos ángeles caídos –el Satán y sus
huestes-, se rebelan a los planes que Dios, planes
que Dios tiene para la humanidad, y por lo tanto
deciden boicotearla. Este boicot tiene que ver con
separar, alejar a la humanidad de Dios. Frustrar
el intento humano de lograr comunión con Dios
haciéndola tropezar y luego acusándola con la intención
de que Dios se arrepienta y le quite aquello
que le había regalado, aquello que era sólo de los
1 El nombre Satanás -o Satán- deriva del latín Satāna, y este
a su vez del arameo ha-shatán, «adversario, enemigo, acusador»
En la tradición de la Iglesia católica y otras iglesias cristianas se
señala que Satán es sinónimo de Lucifer. El término Lucifer es una
palabra en latín que significa «Portador de luz». «Estrella de la
mañana», «Lucero matutino». Originalmente este término deriva
de la traducción hecha en la Vulgata de Jerónimo de la palabra hebrea
heylel (estrella de la mañana) usada en Isaías capítulo 14 para
referirse simbólicamente a los reyes de Babilonia. Posteriormente
la teología cristiana tomó este pasaje como una descripción velada
de la caída del diablo en una rebelión celestial primigenia.
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