Cordero de Dios. La sustitución como mecanismo de Dios. El fin de los sacrificios
Análisis de la sustitución como mecanismo que ha realizado Dios, a través de la historia casi reciente de la humanidad, para lograr reencauzarla llevándola al camino del amor al prójimo, alejándola de falsas espiritualidades y errores en las concepciones de la divinidad. Reemplazos necesarios para sustituir lo errado, lo malo, lo peligroso -de supuestas espiritualidades-, por lo bueno, lo sano, lo edificante, lo amoroso. Sustituyendo, reemplazando, el odio por el amor, y la muerte por la vida.
Análisis de la sustitución como mecanismo que ha realizado Dios, a través de la historia casi reciente de la humanidad, para lograr reencauzarla llevándola al camino del amor al prójimo, alejándola de falsas espiritualidades y errores en las concepciones de la divinidad. Reemplazos necesarios para sustituir lo errado, lo malo, lo peligroso -de supuestas espiritualidades-, por lo bueno, lo sano, lo edificante, lo amoroso. Sustituyendo, reemplazando, el odio por el amor, y la muerte por la vida.
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
ahora es aliada de Dios.
Noé continúa donde había quedado Abel, realizando
sacrificios animales y no humanos –ni vegetales-,
aunque no queda claro el porqué, el por
qué hace sacrificios de animales para agradar a
Dios, como mecanismo o sistema de agradar a
Dios, ¿por qué cree que hacer sacrificios animales
podría agradar a Dios? ¿acaso en algún momento
Dios solicita sacrificios? No, no hay ninguna
mención a pedidos de sacrificios de parte de Dios
así que es claro que es un tema de las culturas circundantes,
y de la generalidad del mundo. Pero lo
peor, es el sacrificio humano. Por ello es necesario
Abraham, la historia de Abram es la que nos da
luz sobre el motivo de que los sacrificios sean animales
y no humanos, ya que en ese momento, aún
no se podían eliminar por completo los sacrificios,
por lo menos que no fueran de personas.
Abram, a quién Dios llama desde una situación
cultural de politeísmo, -allí dónde originalmente
vivía-, y de sacrificios humanos, una situación que
Abram soporta con naturalidad, una naturalidad
78