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Cordero de Dios. La sustitución como mecanismo de Dios. El fin de los sacrificios

Análisis de la sustitución como mecanismo que ha realizado Dios, a través de la historia casi reciente de la humanidad, para lograr reencauzarla llevándola al camino del amor al prójimo, alejándola de falsas espiritualidades y errores en las concepciones de la divinidad. Reemplazos necesarios para sustituir lo errado, lo malo, lo peligroso -de supuestas espiritualidades-, por lo bueno, lo sano, lo edificante, lo amoroso. Sustituyendo, reemplazando, el odio por el amor, y la muerte por la vida.

Análisis de la sustitución como mecanismo que ha realizado Dios, a través de la historia casi reciente de la humanidad, para lograr reencauzarla llevándola al camino del amor al prójimo, alejándola de falsas espiritualidades y errores en las concepciones de la divinidad. Reemplazos necesarios para sustituir lo errado, lo malo, lo peligroso -de supuestas espiritualidades-, por lo bueno, lo sano, lo edificante, lo amoroso. Sustituyendo, reemplazando, el odio por el amor, y la muerte por la vida.

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Aquí debemos preguntarnos ¿por qué un cordero?,

¿por qué no otro animal?

El cordero simboliza la pasividad y la entrega sin

resistencia. La incapacidad de resistir, una entrega

casi asumida. Como el hijo de Abram, Isaac, quién

va a su sacrificio voluntariamente. También Jesús

acepta voluntariamente su sacrificio.

El cordero nos hace reflexionar que los asesinados

en sacrificio fueron como corderos al matadero.

La sangre del cordero es un recordatorio de la

sangre derramada por la humanidad inútilmente,

no solo de manera inútil, ya que Dios nunca quiso

sacrificios, sino que además cayó sobre la humanidad

haciéndola culpable, ensuciándola, manchándola.

Una sangre que Sólo Jesús pudo limpiar asumiendo

él ese lugar y cargando con toda esa culpa,

esa mancha, ese error, ese pecado.

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Por ello vemos en el desierto:

“Tomó Moisés la mitad de la sangre y la

echó en vasijas; la otra mitad la derramó

sobre el altar. Tomó después el libro de la

Alianza y lo leyó ante el pueblo, que res-

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