Revista Logistica 210 May-Jun 2020
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La planeación de la demanda se define (en términos simples) como lo que pasará
con base en el pronóstico y las acciones que nosotros tomaremos para darle forma
a la solicitud de productos de acuerdo con nuestras metas y estrategias. Finalmente,
es definida como el conjunto de acciones que se toman para asegurar que la organización
tenga disponibles los recursos para satisfacer esa demanda planeada.
De la probabilidad a la realidad
Si analizamos un ciclo completo de administración de la demanda de un producto,
sería algo así: nuestro modelo de pronóstico indica que venderemos 100; con base
en las nuevas condiciones del mercado y nuestras acciones para influir en la demanda
establecemos que tenemos 85% de probabilidad de que sea entre 110 y 120, por lo
que hacemos todos los ajustes necesarios para garantizar que podremos satisfacer
cualquiera de estas cantidades.
Pasamos de un mundo determinístico a uno probabilístico; de generar pronósticos
que nos daban un número, a modelos predictivos que no solo nos indican diferentes
escenarios, sino que para cada uno nos define su probabilidad y una lista de los
factores que contribuyen a que ocurra, para que a partir de ahí entendamos qué es
lo que podemos hacer para influir y lograr los resultados que deseamos.
Cada escenario que se genera está basado en variables y para cada una de ellas
hacemos supuestos, cada uno con un diferente grado de confianza, de cómo se
encontrará, lo que nos permite construir planes de contingencia que se pueden ejecutar
rápidamente ya que nos hemos preparado con anticipación.
Una vez que entendemos algunos conceptos básicos tenemos que analizar los medios
para gestionar los pronósticos y la demanda. Aquí es donde nos encontramos
con los principales retos, ya que al menos tenemos que considerar 5 variables:
1. Los conocimientos del negocio.
2. Los datos internos y externos.
3. La tecnología para el procesamiento de la
información.
4. Los conocimientos matemáticos para
construir los algoritmos.
5. Los procesos de toma de decisiones.
Aunque puede parecer un poco extraño (porque
para muchos la mejora en la gestión de la
demanda es un proyecto de “fierros y bytes”),
lo más importante es el conocimiento del negocio,
que se puede resumir en responder
claramente las siguientes preguntas:
• ¿Qué estrategias se desean utilizar para lograr
los objetivos del negocio?
• ¿Cuál es el mercado objetivo del negocio?
• ¿Cuáles son las mayores restricciones del
lado de suministro?
• ¿Cómo se conectan las diferentes variables
del entorno para influir en la demanda?
Los algoritmos inteligentes encontrarán correlaciones
y escenarios que seguramente nunca
se habían considerado, pero es un hecho que
muchos de estos instrumentos serán ilógicos
desde una perspectiva de negocio, por lo cual
los datos deben ser validados por alguien que
entienda a detalle las particularidades de la
demanda analizada.
• Mayo - Junio 2020 • Énfasis Logística
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