Consensos en las presentaciones sobre la regionalización oceánica

160 Pablo Wong
el medio ambiente. A diferencia de la antigua concepción de “región natural”,
la de “bioregión” rebasa la visión estrecha del medio físico-natural, incluyendo
aspectos sociales, económicos, culturales y de organización política.
De acuerdo con Miller (1996: 4) la bioregión “denota un espacio geográfico
que contiene un ecosistema completo o varios ecosistemas empotrados.
Se caracteriza por su topografía, cubierta vegetal, cultura e historia humana.
Tal y como la reconocen las comunidades residentes, gobiernos y científicos”.
La bioregión, concebida como unidad de planificación y manejo, “tiene la
connotación de incluir, desde el comienzo mismo de la planificación, a todos
los residentes con intereses en la zona, a aquellos que utilizan o dependen de
sus recursos, y a quienes tienen otros intereses en el área y en sus habitantes.
También implica un análisis económico, social y ecológico, así como enfoques
participativos para establecer metas y ejecutar planes” Miller 1996: 4).
El enfoque se basa en un compromiso hacia la salud de los sistemas naturales;
en una afinidad espiritual y cultural hacia la comunidad, la tierra y los
procesos ecológicos; y en las metas de la descentralización política, la autodeterminación
y la equidad social. De manera interesante, bajo esta perspectiva,
el bioregionalismo se concibe tanto como un movimiento configurado por sus
practicantes como una metodología en sí (Miller, 1996).
El análisis de algunas experiencias en diversos países ha mostrado que la
planificación bioregional es una aproximación que ha demostrado tener particulares
fortalezas para la gestión ambiental (Guimaraes 2001). Al respecto,
Boisier (2000) apunta que el potencial de las bioregiones, como instrumento
de política de desarrollo sustentable, está estrechamente vinculado a la valoración
que el mercado mundial confiera a productos o a servicios ambientales,
residiendo su principal fortaleza en su carácter de resguardo de la biodiversidad.
Por el contrario, entre las principales debilidades de las bioregiones están
la ausencia de estructuras institucionales sólidas ligadas específicamente a su
desarrollo y al escaso grado de organización que por lo general se presenta. En
tal sentido, Boisier (2000) argumenta que los límites y la demarcación territorial
de las bioregiones normalmente no coinciden con la delimitación político-administrativa
vigente, lo que conduce a problemas de descoordinación
interinstitucional y entre dependencias de gobierno. Por ello, Boisier (2000:
55) propone otra definición de bioregión, en la cual ésta es una “región en
cuya estructura sistémica hay un elemento de carácter ecológico que determina
o condiciona la naturaleza y el funcionamiento regional”. Con ello se
pretende lograr el acomodo de las bioregiones a los límites de las regiones po-