Consensos en las presentaciones sobre la regionalización oceánica

90 Anamaría Escofet
En el mar se reconocen las aguas de plataforma, que se extiende hasta los
200 m de profundidad y tiene aguas más mezcladas, y el océano abierto, con
aguas más estratificadas, admitiéndose entre ambas el gran ecotono borde de
plataforma-borde de talud (Longhurst 1998, Mittelstaedt 1991). Dentro de ese
gran continuo, la ZC “toma prestada” una franja terrestre (la región hipsográfica
costera, o planicie costera, que se extiende desde los 0 m hasta la isohipsa
de los 200 m snmm) y una franja marina (la de las aguas de plataforma). Entre
ambas se sitúa la línea de costa (que en realidad es otra angosta franja, que se
extiende entre las líneas de bajamar y altamar).
Sin menoscabo de lo anterior, aún pueden introducirse algunos refinamientos
dentro de esas grandes divisiones.
Así, dentro de las aguas de plataforma, en una aproximación muy útil a
los estudios costeros, puede reconocerse una franja de aguas encarriladas a la
costa, donde la dirección del flujo es predominantemente paralela a la línea de
costa, y una franja externa, sin dirección predominante del flujo (Ray y Hayden
1992, Ber 1996).
También, en una aproximación igualmente útil a los estudios costeros, se
designan como Aguas Marinas Interiores aquellos espacios en que el mar “invade”
las planicies costeras formando bahías y lagunas (Malone 1999). Sin
embargo, esta misma franja en la que el mar “invade” las planicies costeras, es
considerada por otros autores (Proctor et al. 1980, Ray y Hayden 1992) como
una subdivisión de las planicies costeras, a la que llaman “tierras de marea”,
reconociendo justamente un proceso físico innegable en el que parte del territorio
emergido está sometido a la influencia del mar. ¿Qué quiere decir esto, a
los fines de estudios costeros? No sólo que la ZC es una interfase entre la tierra
y el mar, sino que la franja de las tierras de marea o de Aguas Marinas Interiores,
es la “bisagra” crítica entre ambos lados.
¿Cómo puede operativizarse esa bisagra crítica? En esto ayudan esquemas
que integran la totalidad de las franjas y lo combinan con el esquema
de cuencas hidrológicas, permitiendo así identificar a los deltas como un elemento
paisajístico común que enlaza ambos sistemas (Proctor et al.1980, Ray
y Hayden 1992). Lo anterior puede complementarse con la figura de las Aguas
Marinas Interiores (AMI) establecida por la Ley federal de mar (DOF, 1986)
que permite incorporar, como rasgo geomorfológico de las AMI, un elemento
totalmente antrópico como los puertos.
Sobre la revisión anterior, los límites de ZC presentados por diversas fuentes
pueden analizarse más cómodamente. El esquema de franjas marcadas por