Consensos en las presentaciones sobre la regionalización oceánica

Discusiones temáticas y plenaria 197
máximo y luego empieza a decrecer. La parte que queda dentro de ese máximo,
es una porción que queda atrapada a la costa, y eso de alguna manera, dinámicamente,
define una región; su vorticidad es distinta a la parte que queda
del otro lado; eso define una región diferente. Si la plataforma es mediana o
ancha, un aspecto es subjetivo porque depende del valor de “Coriolis” en cada
región y de la profundidad de la plataforma, en términos generales, ese máximo
se puede alcanzar como a 20 km de la costa en el caso de México, aunque
puede variar. Esta parte, que queda adentro y atrapada, tiene tiempos de resiliencia
más grandes. Si hay descargas, también quedan atrapadas; la otra parte
tiene mucho mayor interacción con la parte oceánica.
En términos de modelos, cuando se va bajando la escala espacial se tiene
que ir aumentando la resolución, y esto es imposible para todo un domino
ante lo que se deben acoplar modelos o mallas anidadas. Tradicionalmente lo
que se hacía era estudiar una región, una bahía, pero el forzamiento remoto,
el que viene de fuera, que es tan importante como lo local, según todos los estudios
recientes, no queda incluido. Entonces lo que sucede en una zona costera,
en una bahía, o en un estuario, de alguna manera tiene que considerar
el forzamiento debido a cuestiones que vienen de la parte oceánica. Y no sólo
de la parte oceánica adyacente, sino lo que viene de cientos o hasta miles de
kilómetros, en particular ondas atrapadas a la costa. El mecanismo que proponemos
es utilizar los modelos globales, después anidarlos a regionales e ir
bajando cada vez a la resolución que se necesite. En el caso de bahías o cuerpos
semi-cerrados, de escala grande, de decenas de kilómetros, se necesita estudiar,
validar y realizar una simulación específica para cada zona. No es trivial
generalizarlo; hay que hacerlo sitio por sitio.
Justamente las dos franjas que se reclaman para la zona costera son la
franja de las aguas de plataforma encarriladas a la costa o de plataforma interna,
y la franja formada por todos esos cuerpos metidos en el continente
y que tienen una figura específica: las Aguas Marinas Interiores, establecida
por la Ley Federal del Mar. Ahí se incluyen bahías, lagunas, deltas (la
porción salobre de la cuenca baja) y también una geomorfología totalmente
antrópica: la de los puertos, con una hidrodinámica muy particular (son los
cuerpos más confinados, con mayor tiempo de residencia), que debe enlazarse
con la de las aguas adyacentes. Lo interesante que tiene la figura de las
Aguas Marinas Interiores es que, como está metida en la tierra, está en una
zona hipsográfica, y es el enlace natural para dialogar con los que se ocupan
de lo terrestre.