17.01.2013 Views

el-diario-de-Ana-Frank

el-diario-de-Ana-Frank

el-diario-de-Ana-Frank

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

© Pehuén Editores, 2001.<br />

16 <strong>de</strong> abril <strong>de</strong> 1944<br />

Muy querida Kitty:<br />

Recuerda bien <strong>el</strong> día <strong>de</strong> ayer, porque es muy importante en<br />

mi vida. ¿No es un acontecimiento significativo para cualquier<br />

muchacha recibir <strong>el</strong> primer beso? Pues ésa es la razón.<br />

El beso <strong>de</strong> Bram en mi mejilla <strong>de</strong>recha no cuenta, como<br />

tampoco <strong>el</strong> que <strong>el</strong> señor Walker <strong>de</strong>positó en mi mano <strong>de</strong>recha.<br />

Voy a contarte cómo fue.<br />

Anoche, a las ocho, estaba con Peter, sentada a su lado en <strong>el</strong><br />

diván, y él no tardó en ro<strong>de</strong>arme con sus brazos.<br />

-Corrámonos un poco -dije yo-, así no golpeo con la cabeza<br />

contra tus libros.<br />

El retrocedió casi hasta <strong>el</strong> final, y yo pasé mi brazo por su<br />

espalda para sentirme abrazada, <strong>de</strong> manera que quedé literalmente<br />

sepultada. No era la primera vez que nos sentábamos así, pero<br />

nunca hasta entonces habíamos estado tan cerca <strong>el</strong> uno d<strong>el</strong> otro.<br />

El me estrechó fuertemente contra sí; mi seno <strong>de</strong>recho, al tocar<br />

su corazón, hizo latir <strong>el</strong> mío con golpes más rápidos. pero aún no<br />

habíamos terminado. El no <strong>de</strong>scansó hasta lograr que reposara<br />

mi cabeza sobre su hombro, y apoyar la suya en la mía. Después<br />

<strong>de</strong> unos cinco minutos, me incorporé, pero él, enseguida, tomó<br />

mi cabeza entre sus manos y la estrechó contra sí. ¡Oh, era<br />

d<strong>el</strong>icioso! Casi no hablé, tan gran<strong>de</strong> era mi placer. Un poco<br />

torpemente, él acarició mi mejilla y mi brazo, jugó con un rizo <strong>de</strong><br />

mi cab<strong>el</strong>lo, nuestras cabezas la una pegada a la otra la mayoría d<strong>el</strong><br />

tiempo. No puedo <strong>de</strong>scribirte, Kitty, la emoción que se apo<strong>de</strong>ró<br />

<strong>de</strong> mí. Me sentía <strong>de</strong>masiado dichosa, y creo que él también.<br />

Alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong> las ocho y media nos levantamos. Me quedé<br />

mirando cómo Peter se ponía las zapatillas <strong>de</strong> gimnasia para hacer<br />

la ronda <strong>de</strong> la casa lo más silenciosamente posible. No sé todavía<br />

cómo fue, pero antes <strong>de</strong> bajar, él me besó <strong>de</strong> repente, en la mejilla<br />

)119(<br />

EL DIARIO DE ANA FRANK<br />

izquierda, entre los cab<strong>el</strong>los, al lado <strong>de</strong> la oreja. Me precipité<br />

escaleras abajo sin volverme, y espero ansiosa la noche <strong>de</strong> hoy.<br />

Tuya,<br />

ANA<br />

Lunes 17 <strong>de</strong> abril <strong>de</strong> 1944<br />

Querida Kitty:<br />

¿Crees tú que mis padres me permitirán estar sentada con un<br />

muchacho en un diván y que nos besáramos? ¿Un muchacho <strong>de</strong><br />

diecisiete años y medio y una muchacha <strong>de</strong> casi quince? En <strong>el</strong><br />

fondo, creo que no, pero en este asunto <strong>de</strong>bo confiar en mi propia<br />

opinión. ¡Me siento tan tranquila y segura en sus brazos, con<br />

todos mis ensueños! ¡Qué impresión la <strong>de</strong> sentir su mejilla contra<br />

la mía, y qué d<strong>el</strong>icia saber que alguien me aguarda! Pero -<br />

efectivamente, hay un pero-, ¿se contentará Peter con eso? Des<strong>de</strong><br />

luego, aún no he olvidado su promesa, pero... ¡es un muchacho!<br />

Ya sé que empiezo <strong>de</strong>masiado pronto. ¡No haber cumplido<br />

quince años y ser ya in<strong>de</strong>pendiente! Para los <strong>de</strong>más, eso podría<br />

ser incomprensible. Estoy casi segura <strong>de</strong> que Margot nunca besaría<br />

a un muchacho sin que antes fuera cuestión <strong>de</strong> hablar <strong>de</strong> noviazgo<br />

o <strong>de</strong> matrimonio; pero ni Peter ni yo forjamos ningún proyecto.<br />

Sin duda, mamá tampoco tocó a ningún hombre antes <strong>de</strong> conocer<br />

a papá. ¿Qué dirían mis amigas si me supieran en los brazos <strong>de</strong><br />

Peter, mi corazón contra su pecho, mi cabeza sobre su hombro o<br />

con su cabeza pegada a la mía?<br />

¡Vamos, <strong>Ana</strong>, es vergonzoso! Pero, en realidad, yo no creo<br />

que lo sea para nosotros, que estamos privados <strong>de</strong> todo, segregados<br />

d<strong>el</strong> mundo y abrumados <strong>de</strong> preocupaciones y angustias, sobre<br />

todo en los últimos tiempos. ¿Por qué nosotros, que nos amamos,<br />

habríamos <strong>de</strong> guardar las distancias? ¿Por qué esperar hasta la<br />

edad conveniente? ¿Por qué pedir <strong>de</strong>masiado?

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!