17.01.2013 Views

el-diario-de-Ana-Frank

el-diario-de-Ana-Frank

el-diario-de-Ana-Frank

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

-Ven a ver, <strong>Ana</strong> -me llamó Margot-. El verdulero <strong>de</strong> la esquina<br />

nos ha enviado guisantes frescos. Nueve kilos.<br />

-¡Qué amable ha sido! - respondí.<br />

Muy amable, sí, pero la tarea <strong>de</strong> <strong>de</strong>sgranarlos... ¡Puah!<br />

-Todo <strong>el</strong> mundo a la tarea mañana por la mañana, para<br />

<strong>de</strong>sgranar los guisantes -anunció mamá.<br />

En efecto, a la mañana siguiente la gran cacerola <strong>de</strong> hierro<br />

enlozado apareció sobre la mesa <strong>de</strong>spués d<strong>el</strong> <strong>de</strong>sayuno, para no<br />

tardar en llenarse <strong>de</strong> guisantes hasta <strong>el</strong> bor<strong>de</strong>. Desvainarlos es<br />

una tarea fastidiosa, y es más bien un arte <strong>de</strong>spren<strong>de</strong>r la pi<strong>el</strong> interior<br />

<strong>de</strong> la vaina; pocas personas conocen las d<strong>el</strong>icias <strong>de</strong> la vaina <strong>de</strong> los<br />

guisantes una vez <strong>de</strong>sprovista <strong>de</strong> su pi<strong>el</strong>. El sabor no lo es todo; la<br />

enorme ventaja es que se obtiene un volumen mayor.<br />

Quitar esta pi<strong>el</strong> interior es un trabajito muy preciso y<br />

minucioso, indicado quizá para los <strong>de</strong>ntistas pedantes y los<br />

burócratas meticulosos; para una impaciente como yo, es un<br />

suplicio. Comenzamos a las nueve y media; a las diez y media, me<br />

levanto; a las once y media, vu<strong>el</strong>vo a sentarme. Me zumban los<br />

oídos: quebrar las puntas, sacar los hilos, quitar la pi<strong>el</strong> y separarla<br />

<strong>de</strong> la vaina, etc. La cabeza me da vu<strong>el</strong>tas. Verdor, verdor, gusanito,<br />

hilito, vaina, vaina podrida, vaina ver<strong>de</strong>, ver<strong>de</strong>, ver<strong>de</strong>.<br />

Se transforma en una obsesión. Hay que hacer algo. Y me<br />

pongo a hablar aturdidamente <strong>de</strong> todas las tonterías imaginables,<br />

hago reír a todo <strong>el</strong> mundo, o los aburro enormemente. Con cada<br />

hilo que quito más me convenzo <strong>de</strong> que no quiero ser tan solo<br />

una simple ama <strong>de</strong> casa.<br />

A mediodía almorzamos por fin, pero <strong>de</strong>spués a reanudar la<br />

tarea, hasta la una y cuarto. Al terminar, tengo una especie <strong>de</strong><br />

mareo; los otros también, poco más o menos. Dormí hasta las<br />

cuatro, y me siento todavía embrutecida por esos <strong>de</strong>testables<br />

guisantes.<br />

Tuya,<br />

ANA<br />

© Pehuén Editores, 2001.<br />

)143(<br />

EL DIARIO DE ANA FRANK<br />

Sábado 15 <strong>de</strong> julio <strong>de</strong> 1944<br />

Querida Kitty:<br />

Hemos leído un libro <strong>de</strong> la biblioteca con <strong>el</strong> título provocativo.<br />

¿qué piensa usted <strong>de</strong> la muchacha mo<strong>de</strong>rna? Me gustaría hablarte<br />

d<strong>el</strong> tema.<br />

La autora (porque es una mujer) critica a fondo a la «juventud<br />

<strong>de</strong> hoy», aunque sin <strong>de</strong>saprobarla por completo, pues no dice,<br />

por ejemplo, que no sirve para nada. Al contrario, es más bien <strong>de</strong><br />

la opinión <strong>de</strong> que, si la juventud quisiera, podría ayudar a construir<br />

un mundo mejor y más b<strong>el</strong>lo, puesto que dispone <strong>de</strong> los medios;<br />

sin embargo, prefiere ocuparse <strong>de</strong> cosas superficiales, sin mirar lo<br />

que es esencialmente hermoso.<br />

Ciertos párrafos me dan la fuerte impresión <strong>de</strong> que soy atacada<br />

personalmente por la autora, y por eso quiero <strong>de</strong>fen<strong>de</strong>rme,<br />

abriéndome a ti.<br />

El rasgo más acusado <strong>de</strong> mi carácter -así lo admitirán quienes<br />

mejor me conocen- es <strong>el</strong> conocimiento <strong>de</strong> mí misma. Puedo mirar<br />

todos mis actos como los <strong>de</strong> una extraña. Me encuentro, d<strong>el</strong>ante<br />

<strong>de</strong> esta <strong>Ana</strong> <strong>de</strong> todos los días, sin ánimo preconcebido y sin querer<br />

disculparla <strong>de</strong> ninguna manera, con <strong>el</strong> fin <strong>de</strong> observar si lo que<br />

<strong>el</strong>la hace está bien o mal. Esta «conciencia <strong>de</strong> mí misma» no me<br />

abandona nunca; no puedo pronunciar nada sin que acuda a mi<br />

espíritu: «Hubiera <strong>de</strong>bido <strong>de</strong>cir esto otro» o: «Eso es, está bien».<br />

Me acuso <strong>de</strong> cosas innumerables, y, <strong>de</strong> más en más, estoy<br />

convencida <strong>de</strong> la verdad <strong>de</strong> esta frase <strong>de</strong> papá: «Todo niño <strong>de</strong>be<br />

educarse a sí mismo». Los padres sólo pue<strong>de</strong>n aconsejarnos e<br />

indicarnos <strong>el</strong> camino a seguir, pero la formación esencial <strong>de</strong><br />

nuestro carácter se halla en nuestras propias manos.<br />

Aña<strong>de</strong> a eso que enfrento con extraordinario valor mi vida,<br />

me siento siempre muy fuerte, muy dispuesta a enfrentar lo que<br />

sea, ¡y me siento muy libre y muy joven! Cuando me percaté <strong>de</strong>

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!