17.01.2013 Views

el-diario-de-Ana-Frank

el-diario-de-Ana-Frank

el-diario-de-Ana-Frank

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

que nunca he roto mis notas con tanto placer». Tocaron God<br />

Save the King, <strong>el</strong> himno inglés, <strong>el</strong> himno norteamericano y La<br />

Internacional. Como siempre <strong>el</strong> programa holandés que se<br />

transmite <strong>de</strong>s<strong>de</strong> Inglaterra ha sido muy alentador, aunque no<br />

muestre <strong>de</strong>masiado optimismo.<br />

Sin embargo, no todo es color <strong>de</strong> rosa entre nosotros. El<br />

señor Koophuis está enfermo. Ya te he dicho cuánto lo queremos<br />

todos; nunca se siente bien, sufre mucho, <strong>de</strong>be comer y moverse<br />

lo menos posible, y, a pesar <strong>de</strong> todo eso, siempre está <strong>de</strong> buen<br />

humor y <strong>de</strong>muestra un coraje admirable. Mamá tiene razón al<br />

<strong>de</strong>cir: «El sol brilla cuando <strong>el</strong> señor Koophuis entra en nuestra<br />

casa».<br />

Pues bien, acaban <strong>de</strong> trasladarlo al hospital, don<strong>de</strong> tiene que<br />

soportar una grave operación intestinal. Tendrá que quedarse allí<br />

por lo menos cuatro semanas. Si hubieras visto <strong>de</strong> qué manera se<br />

<strong>de</strong>spidió <strong>de</strong> nosotros... como si saliera para dar un paseo. Es la<br />

sencillez en persona.<br />

Tuya,<br />

ANA<br />

© Pehuén Editores, 2001.<br />

Jueves 16 <strong>de</strong> septiembre <strong>de</strong> 1943<br />

Querida Kitty.<br />

En <strong>el</strong> anexo, las r<strong>el</strong>aciones personales van <strong>de</strong> mal en peor.<br />

Cuando nos sentamos a la mesa, nadie se atreve ya a abrir la boca<br />

(salvo para comer), porque la menor palabra corre <strong>el</strong> riesgo <strong>de</strong><br />

ser mal interpretada o <strong>de</strong> molestar a uno o a otro. Me dan todos<br />

los días valeriana para calmarme los nervios, lo que no impi<strong>de</strong><br />

que al día siguiente me sienta todavía más fastidiada. Conozco un<br />

remedio mejor: reír, reír <strong>de</strong> buena gana; pero nosotros casi nos<br />

hemos olvidado ya <strong>de</strong> la risa. Si esto dura aún mucho tiempo,<br />

temo bastante verme con una larga cara seria y una mueca agria<br />

)67(<br />

EL DIARIO DE ANA FRANK<br />

en los labios para siempre.<br />

Decididamente, las cosas no mejoran porque todos miramos<br />

con aprensión <strong>el</strong> invierno que se acerca.<br />

Otra cosa, y no es la más regocijante: uno <strong>de</strong> los hombres d<strong>el</strong><br />

<strong>de</strong>pósito, un tal M., sospecha que algo suce<strong>de</strong> en <strong>el</strong> anexo. Se<br />

prescindiría sin más trámites <strong>de</strong> la opinión <strong>de</strong> M., pero<br />

aparentemente ese hombre no pue<strong>de</strong> ocultar su gran curiosidad,<br />

no se <strong>de</strong>ja engañar fácilmente y, por añadidura, no inspira ninguna<br />

confianza.<br />

Una vez, Kraler, como medida <strong>de</strong> pru<strong>de</strong>ncia, dio un ro<strong>de</strong>o<br />

para reunirse con nosotros. Es <strong>de</strong>cir: diez para la una, se puso <strong>el</strong><br />

abrigo y fue a la farmacia <strong>de</strong> la esquina; cinco minutos <strong>de</strong>spués, se<br />

sirvió <strong>de</strong> la otra puerta <strong>de</strong> entrada para subir a nuestra casa, como<br />

un ladrón, por la escalera que da acceso a <strong>el</strong>la directamente. Quería<br />

irse a la una y cuarto, pero, habiendo sido interceptado por Elli,<br />

que pudo prevenirle <strong>de</strong> que M. se encontraba en la oficina, dio<br />

media vu<strong>el</strong>ta y se quedó con nosotros hasta la una y media.<br />

Entonces, se <strong>de</strong>scalzó y, con los zapatos en la mano, volvió a<br />

bajar por la misma escalera con tal pru<strong>de</strong>ncia que, a fuerza <strong>de</strong><br />

evitar los crujidos <strong>de</strong> los p<strong>el</strong>daños, tardó un cuarto <strong>de</strong> hora en<br />

volver a su escritorio, entrando por la calle.<br />

Entretanto, liberada <strong>de</strong> M., Elli volvió a buscar al señor Kraler,<br />

que ya había partido con tanta pru<strong>de</strong>ncia por la otra escalera. ¡Un<br />

director que baja <strong>de</strong>scalzo y se coloca los botines en la calle! ¡Qué<br />

dirían los vecinos si lo vieran!<br />

Tuya,<br />

ANA<br />

Miércoles 29 <strong>de</strong> septiembre <strong>de</strong> 1943

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!