17.01.2013 Views

el-diario-de-Ana-Frank

el-diario-de-Ana-Frank

el-diario-de-Ana-Frank

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

¿Es mezquina y egoísta la mayoría <strong>de</strong> la gente? Me parece útil<br />

haber aprendido algo sobre la mente humana, pero empiezo a<br />

sentirme cansada. Ni nuestras quer<strong>el</strong>las ni nuestras ganas <strong>de</strong> aire<br />

y libertad pondrán fin a esta guerra; por eso estamos obligados a<br />

sacar <strong>de</strong> nuestra permanencia aquí <strong>el</strong> mejor partido, y hacerla<br />

soportable. En este momento parezco discurrir razonablemente;<br />

no obstante, si sigo aquí mucho tiempo más, corro también <strong>el</strong><br />

riesgo <strong>de</strong> transformarme en una seca solterona. ¡Y tengo tantos<br />

<strong>de</strong>seos <strong>de</strong> ser una genuina adolescente!<br />

Tuya,<br />

ANA<br />

© Pehuén Editores, 2001.<br />

Sábado 22 <strong>de</strong> enero <strong>de</strong> 1944<br />

Querida Kitty:<br />

¿Podrías <strong>de</strong>cirme por qué la gente oculta con tanto temor<br />

sus verda<strong>de</strong>ros sentimientos? ¿Cómo es posible que en compañía<br />

<strong>de</strong> los <strong>de</strong>más yo sea totalmente diferente a lo que <strong>de</strong>bería ser?<br />

¿Por qué <strong>de</strong>sconfían unos <strong>de</strong> otros? Debe <strong>de</strong> haber una razón,<br />

no lo dudo, pero cuando noto que nadie, ni siquiera los míos,<br />

respon<strong>de</strong>n a mi <strong>de</strong>seo <strong>de</strong> confianza, me siento <strong>de</strong>sdichada.<br />

Me parece haber madurado <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la noche <strong>de</strong> mi sueño<br />

memorable; me siento más que nunca «una persona<br />

in<strong>de</strong>pendiente». Te sorpren<strong>de</strong>rá muchísimo cuando te diga que<br />

hasta a los Van Daan los miro con otros ojos. Yo no comparto la<br />

i<strong>de</strong>a preconcebida <strong>de</strong> los míos en lo que atañe a nuestras<br />

discusiones.<br />

¿Cómo puedo haber cambiado tanto? Ya ves, se me ha<br />

ocurrido pensar que si mamá no hubiera sido lo que es, si hubiese<br />

sido una verda<strong>de</strong>ra «Mammi», nuestras r<strong>el</strong>aciones habrían resultado<br />

d<strong>el</strong> todo diferentes. Des<strong>de</strong> luego, la señora Van Daan no es fina<br />

ni int<strong>el</strong>igente, pero me parece que si mamá fuera más dúctil, si<br />

)82(<br />

EL DIARIO DE ANA FRANK<br />

<strong>de</strong>mostrase más tacto en las conversaciones espinosas, más <strong>de</strong><br />

una quer<strong>el</strong>la podría haberse evitado.<br />

La señora Van Daan tiene una gran cualidad: la <strong>de</strong> ser sensible<br />

al razonamiento. A pesar <strong>de</strong> su egoísmo, <strong>de</strong> su avaricia y <strong>de</strong> sus<br />

mañas, se pue<strong>de</strong> fácilmente inducirla a ce<strong>de</strong>r, si se sabe tratarla,<br />

evitando irritarla o tocar sus puntos más sensibles. No se consigue<br />

tal vez siempre al primer intento, pero se trata <strong>de</strong> tener paciencia<br />

o, en caso necesario, volver a empezar.<br />

Los problemas sobre la forma en que nos educaron, «los<br />

mimos» que recibimos Margot y yo, la comida, todo eso hubiera<br />

tomado un sesgo muy distinto si hubiésemos hablado <strong>de</strong> <strong>el</strong>lo<br />

amistosamente y con franqueza, y si no nos hubiéramos limitado<br />

a ver tan sólo <strong>el</strong> lado malo <strong>de</strong> los <strong>de</strong>más.<br />

Sé con exactitud lo que vas a <strong>de</strong>cir, Kitty: «Pero, <strong>Ana</strong>, ¿eres tú<br />

quien habla? ¡Tú que te has visto obligada a soportar tantas cosas<br />

<strong>de</strong> esa gente, palabras duras, injusticias, etc.!». Pues bien, sí; soy<br />

yo quien habla así.<br />

Quiero empezar <strong>de</strong> nuevo y llegar al fondo d<strong>el</strong> problema<br />

prescindiendo <strong>de</strong> prejuicios. Voy a estudiar a los Van Daan a mi<br />

manera, para ver lo que hay <strong>de</strong> justo y <strong>de</strong> exagerado en nuestra<br />

opinión. Si, personalmente, me siento <strong>de</strong>fraudada, me pondré<br />

d<strong>el</strong> lado <strong>de</strong> papá y mamá; si no, trataré <strong>de</strong> hacerles ver en dón<strong>de</strong><br />

está su error, y, en caso <strong>de</strong> fracasar, me atendré a mi propia opinión<br />

y a mi propio juicio. Aprovecharé toda oportunidad <strong>de</strong> discutir<br />

nuestras divergencias francamente con la señora, y <strong>de</strong> hacerle ver<br />

mis i<strong>de</strong>as imparciales, aun a riesgo <strong>de</strong> que me<br />

trate <strong>de</strong> impertinente.<br />

No me volveré contra mi propia familia, pero, en lo que me<br />

concierne, los chismorreos han terminado. Hasta hoy he creído<br />

a pies juntillas que sólo los Van Daan son responsables <strong>de</strong> nuestras<br />

disputas, pero también nosotros tenemos algo que ver en eso.<br />

En principio tenemos generalmente razón, pero las personas<br />

int<strong>el</strong>igentes (entre las que nos contamos) están obligadas a dar<br />

pruebas <strong>de</strong> su perspicacia y <strong>de</strong> su tacto frente a los <strong>de</strong>más. Confío

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!