36 13 Revista digital, 3ra. épocacruce <strong>de</strong> caminos<strong>de</strong> una formación específica, reclamando, por tanto, la<strong>de</strong>limitación <strong>de</strong> una parcela académica que nos permita“reconocer a <strong>los</strong> nuestros”, y acotar así el grupo <strong>de</strong><strong>los</strong> que están capacitados para trabajar en arqueologíaindustrial.Pero la pregunta que cabe hacerse es otra: ¿esrealmente necesaria la formulación y construcción <strong>de</strong>una nueva disciplina académica? Creemos que la respuesta,observando otras ramas <strong>de</strong>l saber, es que no.La arqueología industrial ya no es nueva, aunque éstesea un adjetivo <strong>de</strong> uso frecuente en el título <strong>de</strong> artícu<strong>los</strong>o libros sobre el tema, ni minoritaria. Aunque escierto que todavía queda mucho camino por recorrer,el estudio <strong>de</strong>l patrimonio industrial es un área <strong>de</strong> conocimientofirmemente anclada en el panorama culturalactual, que <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> varias décadas <strong>de</strong> trabajocuenta ya con una producción teórica y práctica nada<strong>de</strong>s<strong>de</strong>ñable, como ocurre con otros campos <strong>de</strong> estudioque, por lo difuso <strong>de</strong> sus límites y su complejidad, tampococuentan con un corpus científico y un currículoacadémico propios, pero sí con una cultura, un acervotécnico y un savoir faire que encuadran, aunque no sea<strong>de</strong> forma rígida, sus campo <strong>de</strong> acción. El urbanismo,por ejemplo, es una disciplina que en muchos paísestampoco tiene una titulación específica, y en ella trabajanarquitectos, geógrafos, sociólogos, abogados,ecólogos, etcétera. Ni siquiera está claramente establecidasu categoría <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l saber humano, y segúnla obra que consultemos lo encontraremos <strong>de</strong>finidocomo ciencia, como técnica o como arte, con <strong>de</strong>finicionesbastante imprecisas, que acaban por obligar a unaaproximación histórica <strong>de</strong> la noción. Pero es indudableque cuenta con un acervo teórico-práctico que esnecesario conocer bien, a<strong>de</strong>más <strong>de</strong>l manejo solvente<strong>de</strong> las herramientas y técnicas específicas, para po<strong>de</strong>r<strong>de</strong>nominarse urbanista.El estudio <strong>de</strong>l legado material <strong>de</strong> la sociedad industrialya no es, por tanto, un “nuevo territorio”, por usar laconocida expresión <strong>de</strong> Bergeron y Dorel-Ferré, sino un“ámbito inmaduro” que, aunque no tenga sus propiasescuelas o estudios superiores, pue<strong>de</strong> ser consi<strong>de</strong>radocomo una disciplina en el sentido <strong>de</strong> que está <strong>de</strong>finiday dispone <strong>de</strong> una producción teórica y práctica importante,<strong>de</strong> canales <strong>de</strong> difusión <strong>de</strong> sus investigaciones(congresos, publicaciones específicas) y, en general,<strong>de</strong>l reconocimiento como tal por parte <strong>de</strong> la comunidadacadémica. Pero es cierto que se trata <strong>de</strong> una disciplina,un territorio, <strong>de</strong> confines imprecisos, difusos, tantopor el objeto <strong>de</strong> estudio como por la gran diversidad <strong>de</strong>enfoques <strong>de</strong>s<strong>de</strong> lo que se pue<strong>de</strong> abordar o las metasque se persiguen.1. Las fronteras disciplinares y <strong>de</strong>l patrimonio industrial:¿arqueología o historia?El objeto <strong>de</strong> estudio son <strong>los</strong> restos materiales quehan llegado a nuestros días <strong>de</strong> activida<strong>de</strong>s industrialeshoy obsoletas; restos que la sociedad consi<strong>de</strong>ra un patrimonio,es <strong>de</strong>cir, una herencia valiosa, digna <strong>de</strong> serconservada. Así, hay que empezar por distinguir tresconceptos: <strong>los</strong> restos materiales <strong>de</strong> la industrialización,el patrimonio industrial y la rama <strong>de</strong>l saber encargada<strong>de</strong> su estudio, <strong>de</strong>nominada arqueología industrial.En principio parece lógico que dado que se trata <strong>de</strong>analizar restos materiales <strong>de</strong>l pasado, la especialida<strong>de</strong>ncargada <strong>de</strong> su estudio se <strong>de</strong>nomine arqueología,que es la disciplina que ha <strong>de</strong>sarrollado <strong>los</strong> métodos<strong>de</strong> estudio a<strong>de</strong>cuados para ello, frente a la orientaciónesencialmente documental <strong>de</strong> la historia. De hecho,la arqueología industrial pue<strong>de</strong> consi<strong>de</strong>rarse comouna parte <strong>de</strong> la arqueología <strong>de</strong> la producción, y así <strong>los</strong>ostenían algunos <strong>de</strong> <strong>los</strong> pioneros 1 o actualmente MarilynPalmer, presi<strong>de</strong>nta <strong>de</strong> la Association for IndustrialArchaeology. Lo que se reivindica es la capacidad <strong>de</strong>lmétodo arqueológico para dar respuesta a preguntasignoradas por la historia convencional, excesivamente<strong>de</strong>pendiente <strong>de</strong> las fuentes documentales, e incapaz,por ejemplo, <strong>de</strong> <strong>de</strong>cirnos cómo vivían, pensaban o serelacionaban <strong>los</strong> trabajadores (por lo general analfabetos)<strong>de</strong> una mina o una factoría. Porque el foco <strong>de</strong>examen es el hombre, la sociedad, y no <strong>los</strong> restos materialespor sí mismos.They want to know things which the traditional,library-bound historians never thought interesting orimportant, and to them it seems ridiculous to divi<strong>de</strong>history into compartments […] History is primarilyabout people, not things, and industrial archaeology,as one of the historian´s tools is about the partthat coal-mines, steam-hammers, and abandonedairship hangars played in the lives and thinking ofthe people who <strong>de</strong>signed and operated them. 2El objeto <strong>de</strong> estudio <strong>de</strong> la arqueología industrial,más que <strong>los</strong> restos materiales <strong>de</strong> la sociedad industrial,es la propia sociedad industrial, a partir <strong>de</strong> sus restosmateriales.Por su parte, también <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la historia se habíapostulado la necesidad <strong>de</strong> trabajar formulando preguntase intentando obtener respuestas, aún cuando noexistan fuentes documentales específicas para ellas.Lucien Febvre, en su magnífico ensayo Hacia otra1 Para Michael Rix, Industrial Archaeology. Londres, The HistoricalAssociation, 1967, la investigación arqueológica ha <strong>de</strong> ampliar suslímites temporales, extendiéndose hasta la actualidad. Dice el autor:“The terminus ad quem of arqueological research is today”.2 Kenneth Hudson, The Archaeology of industry. Bodley Head, 1976.
13 Revista digital, 3ra. época37cruce <strong>de</strong> caminoshistoria, 3 escribe una apasionada crítica hacia la historia“convencional”, formulando la necesidad <strong>de</strong> plantearsepreguntas y aventurar respuestas, utilizandopara ello, a<strong>de</strong>más <strong>de</strong>l ingenio, 4 cualquier tipo <strong>de</strong> informacióndisponible.La historia se hace con documentos escritos, sinduda. Pero también pue<strong>de</strong> hacerse, <strong>de</strong>be hacerse,sin documentos escritos sí estos no existen. […]Con palabras. Con señales. Con paisajes y contejas. Con la forma <strong>de</strong> <strong>los</strong> campos y las malashierbas. Con eclipses <strong>de</strong> luna y cabestros. Con elexamen <strong>de</strong> las piedras por geólogos y el análisis<strong>de</strong> las espaldas por <strong>los</strong> químicos” 5 , porque están“<strong>los</strong> campos y las máquinas y las instituciones,las creencias, <strong>los</strong> escritos: <strong>de</strong>trás <strong>de</strong> todo eso queinteresa a la historia, que es materia <strong>de</strong> la historia,lo que el historiador quiere captar son <strong>los</strong> hombres.Melvin Kranzberg, uno <strong>de</strong> <strong>los</strong> fundadores <strong>de</strong> la Societyfor the History of Technology en 1958, y <strong>de</strong> la revistaTechnology and Culture, 6 plantea en la introducción<strong>de</strong> su libro Technology in Western Civilizations 7 una visiónsimilar, basándose en la necesidad <strong>de</strong> superar lasituación existente: <strong>los</strong> libros <strong>de</strong> historia sólo tratan <strong>los</strong>factores técnicos <strong>de</strong>s<strong>de</strong> aspectos económicos y sociales,pero no hacen ningún intento serio por compren<strong>de</strong>rla relación entre industria y sociedad, mientras que lashistorias <strong>de</strong> la tecnología existentes sólo se centran en<strong>los</strong> aspectos “internos” <strong>de</strong> la misma, omitiendo <strong>los</strong> culturales,económicos o sociales. Algunos historiadoresconsi<strong>de</strong>ran, en fin, que la arqueología industrial no esuna nueva disciplina, sino una aproximación históricaal fenómeno industrial. 8El estudio <strong>de</strong>l patrimonio industrial ¿es arqueología,es historia o es una rama in<strong>de</strong>pendiente <strong>de</strong> ambas?3 Lucien Febvre, “Hacia otra historia”, en Combates por la Historia.Francisco J. Fernán<strong>de</strong>z Buey y Enrique Argullol (trad.), Obrasmaestras <strong>de</strong>l pensamiento contemporáneo 28. Barcelona, Planeta-Agostini, 1993, 228 pp.4 I<strong>de</strong>m. En su libro Hudson expresa una opinión coinci<strong>de</strong>nte. “Noone kind of evi<strong>de</strong>nce provi<strong>de</strong>s the complete picture, an even with allthe available information to hand, a lively imagination is nee<strong>de</strong>d tomake sense of it”.5 R. A. Buchanan, Industrial arqueology in Britain. Penguin Books,1972. En este texto el autor plantea esta misma i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> una maneramenos evocadora y apasionada, pero más contun<strong>de</strong>nte: “To thehistorian, all information is good information”.6 Aunque Buchanan no menciona expresamente a Kranzberg enIndustrial Archeology in Britain, sí lo cita en su revista, al añadirla <strong>de</strong>finición <strong>de</strong> arqueología industrial <strong>de</strong> Rix (ver nota 13). Lanecesidad <strong>de</strong> contextualizar <strong>los</strong> restos materiales <strong>de</strong> la industriase acerca todavía más a <strong>los</strong> planteamientos <strong>de</strong> la historia <strong>de</strong> latecnología, tal como <strong>los</strong> <strong>de</strong>fien<strong>de</strong> Kranzberg. El mensaje, en esenciaes el mismo, e incluso llega a <strong>de</strong>finir a la arqueología industrial comoel exponente <strong>de</strong>l “aspecto práctico” <strong>de</strong> la historia <strong>de</strong> la tecnología.7 Melvin Kranzberg, Pursell, Carroll W., Technology in WesternCivilizations. U.S.A., Oxford University Press, 1967.8 Révolution et espaces torestiers. Textes réunis et présentés parDenis Woronoff. Paris, I’Harmattan, 1989.Si seguimos estrictamente a Buchanan, la arqueologíaindustrial sería una parte <strong>de</strong>l estudio <strong>de</strong>l patrimonio industrial,orientada a <strong>los</strong> restos materiales y al trabajo<strong>de</strong> campo, pero entonces surge el problema <strong>de</strong> cómo<strong>de</strong>nominar al conjunto <strong>de</strong> <strong>los</strong> estudios que compartentanto el objeto como el objetivo. En la práctica, y aunqueeste tema es objeto <strong>de</strong> apasionados –a veces incomprensibles–<strong>de</strong>bates en la comunidad académica,la <strong>de</strong>nominación formulada por Rix en 1955, que noes mejor ni peor que otras que se pudieran haber propuesto,es la que finalmente se ha generalizado, sinque eso signifique renunciar a ninguna <strong>de</strong> las aportacionesque se pue<strong>de</strong>n realizar <strong>de</strong>s<strong>de</strong> las diversas disciplinasacadémicas (y no sólo <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la arqueología o lahistoria). La Carta <strong>de</strong> Niznhy Tagil sobre el PatrimonioIndustrial <strong>de</strong>fine a la arqueología industrial como “unmétodo interdisciplinario para el estudio <strong>de</strong> toda evi<strong>de</strong>ncia,material o inmaterial […] creada por procesosindustriales o para ella”. 9En todo caso, más que el sustantivo “arqueología”es el adjetivo “industrial” el que plantea <strong>los</strong> verda<strong>de</strong>rosproblemas para fijar las fronteras <strong>de</strong>l patrimonio industrial,especialmente en tres aspectos: la <strong>de</strong>limitacióncronológica, la espacial y la temática.Delimitación cronológica:¿<strong>de</strong>s<strong>de</strong> cuándo po<strong>de</strong>mos hablar <strong>de</strong> industrial?El problema <strong>de</strong> la <strong>de</strong>limitación cronológica <strong>de</strong> la arqueologíaindustrial surgió muy pronto. Los pionerosconsi<strong>de</strong>raban restos industriales todos <strong>los</strong> relacionadoscon la producción y el trabajo <strong>de</strong>l hombre, <strong>de</strong>s<strong>de</strong>la prehistoria hasta nuestros días, aunque por diversoscriterios se centraban especialmente en el periodo<strong>de</strong> la industrialización. Por tanto, a pesar <strong>de</strong> que <strong>los</strong>límites temporales, como veremos, siguen planteandoproblemas y no pue<strong>de</strong>n ser establecidos <strong>de</strong> maneraestricta, se ha consi<strong>de</strong>rado que po<strong>de</strong>mos hablar <strong>de</strong> industriaa partir <strong>de</strong> mediados <strong>de</strong>l siglo XVIII.Esto se <strong>de</strong>be a que el patrimonio industrial se asociacon el sistema técnico vapor-hierro-carbón, vinculándoloal concepto <strong>de</strong> Revolución industrial, untérmino acuñado a principios <strong>de</strong>l siglo XIX, utilizadopor Friedrich Engels y difundido por Arnold Toynbee. 10Pero este término –tan conveniente como engañoso–9 El texto <strong>de</strong> esta carta ha sido aprobado por <strong>los</strong> <strong>de</strong>legados reunidosen la Asamblea <strong>Nacional</strong> <strong>de</strong>l TICCIH, <strong>de</strong> carácter trienal, que tuvolugar en Moscú el 17 <strong>de</strong> julio <strong>de</strong> 2003.10 Friedrich Engels en 1844 utiliza ya el término en la introducciónThe condition of the working class in England, aunque se atribuye sugeneralización a Arnorld Toynbee (tío <strong>de</strong>l famoso historiador actual<strong>de</strong>l mismo nombre), cuando se publicaron <strong>los</strong> cursos que impartíaen Oxford, bajo el título Lectures on the Industrial Revolution inEngland, en 1884.
- Page 2: ÍndiceEstacionesEl ferrocarril de
- Page 6 and 7: 6 13 Revista digital, 3ra. épocaEs
- Page 9 and 10: Estaciones13 Revista digital, 3ra.
- Page 11 and 12: Estaciones13 Revista digital, 3ra.
- Page 13 and 14: Estaciones13 Revista digital, 3ra.
- Page 15 and 16: Estaciones13 Revista digital, 3ra.
- Page 17 and 18: Estaciones13 Revista digital, 3ra.
- Page 19 and 20: Estaciones13 Revista digital, 3ra.
- Page 21 and 22: Estaciones13 Revista digital, 3ra.
- Page 23 and 24: 13 Revista digital, 3ra. época23Ti
- Page 25 and 26: 13 Revista digital, 3ra. época25Ti
- Page 27 and 28: 13 Revista digital, 3ra. época27Ti
- Page 29 and 30: 13 Revista digital, 3ra. época29cu
- Page 31 and 32: 13 Revista digital, 3ra. época31Ti
- Page 33 and 34: 13 Revista digital, 3ra. época33Ti
- Page 35: 13 Revista digital, 3ra. época35cr
- Page 39 and 40: 13 Revista digital, 3ra. época39cr
- Page 41 and 42: 13 Revista digital, 3ra. época41cr
- Page 43 and 44: 13 Revista digital, 3ra. época43cr
- Page 45 and 46: 13 Revista digital, 3ra. época45cr
- Page 47 and 48: 13 Revista digital, 3ra. época47cr
- Page 49 and 50: 13 Revista digital, 3ra. época49si
- Page 51 and 52: 13 Revista digital, 3ra. época51si
- Page 53 and 54: 13 Revista digital, 3ra. época53si
- Page 55 and 56: 13 Revista digital, 3ra. época55si
- Page 57 and 58: 13 Revista digital, 3ra. época57vi
- Page 59 and 60: 13 Revista digital, 3ra. época59Ar
- Page 61 and 62: 13 Revista digital, 3ra. época61Ar
- Page 63 and 64: 13 Revista digital, 3ra. época63Ar
- Page 65 and 66: 13 Revista digital, 3ra. época65Ar
- Page 67 and 68: 13 Revista digital, 3ra. época67Ar
- Page 69 and 70: 13 Revista digital, 3ra. época69Ar