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desaparecer”) y definir el “conocimiento” como la certidumbre de que los fenómenos son
reales y de que poseen características específicas. En este sentido (reconocidamente
simplista) dichos términos tienen relevancia tanto para el hombre de la calle como para el
filósofo 42 .
Los sociólogos sostienen que la Sociología del conocimiento se ocupa del análisis de la
construcción social de la realidad, la tarea no ha de consistir en desenmascarar o revelar las
distorsiones que se producen socialmente, sino en el estudio sistemático de las condiciones
sociales del conocimiento en cuanto tal 43 .
En su obra la construcción social de la realidad aseguran que: “El método que
consideramos más conveniente para clarificar los fundamentos del conocimiento en la vida
cotidiana es el del análisis fenomenológico de la vida cotidiana, es un freno contra todas la
hipótesis casuales o genéticas, así como contra las aserciones acerca de la situación
ontológica de los fenómenos analizados 44 .
“El lenguaje usado en la vida cotidiana me proporciona continuamente las objetivaciones
indispensables y dispone el orden dentro de las cuales estas adquieren sentido y dentro de la
cual la vida cotidiana tiene significado para mí. Vivo en un lugar que tiene un nombre
geográfico; utilizo herramientas, desde ábretelas hasta autos deportivos, que tienen un
nombre en el vocabulario técnico de la sociedad en que vivo; me muevo dentro de una red
de relaciones humanas- desde el club al que pertenezco hasta los Estados Unidos de
América-, que también están ordenadas mediante un vocabulario. De esta manera el
42 Idem pág. 13
43 Idem. pág. 15-16
44 BERGER, Peter L. y Luckman, Thomas La construcción social de la realidad, Argentina, Amorrortu, Primera
edición. En castellano, 1968 traducción Silvia Zuleta, Revisión Técnica Marcos Giménez pág. 37.