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cantante era, más o menos, que su música uniera a todos ellos en torno a un ideal de justicia
y tolerancia.
En ese entonces, la carismática e hiperactiva figura de Jimmy Pursey atrajo a una legión de
fans por todos sus conciertos en el Reino Unido. Las letras sencillas y directas eran el
mayor atractivo.
En la canción analizada se observan con frecuencia las siguientes palabras: niños, unión,
dividir, libertad, disfrutar, rechazar, perder y mentir. Al relacionarlas, los músicos intentar
enviar el mensaje de unidad a fin de evitar el rechazo, la negación entre sus miembros y
como úlitmo la desintegración.
En consecuencia, la banda insta a no mentir, pues esto solo trae consigo división. No
obstante, hacen la aclaración de que cada ser humano (utilizando irónicamente el término
niño) tiene la facultad de actuar según su propio deseo en el seno de una sociedad
organizada: elegir entre rechazar los elementos del sistema actual o disfrutar de la libertad
que te da ser Skinhead.
Sin embargo, la referida libertad que indica la canción, no fue bien aprovechada por los
jóvenes asistentes a los conciertos de Sham 69, pues empleaban éstos como campo de
batalla para resolver sus diferencias, a golpes.
«El Oi! tiene violencia, pero es algo que si no la generas no hay problema, pero si lo haces
puede ser perjudicial», explicó el skinhead salvadoreño repecto al panorama nacional. Las
peleas al final se transforman en tumultos. En el caso de la banda inglesa, los llamamientos
de Pursey a olvidar sus diferencias para hacer frente a un enemigo común, finalizaron en
excusas para exhibiciones de violencia gratuita.