Masonería - J. Boor - Gran Logia Provincial de las Islas Baleares
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Soberano, <strong>de</strong> sostenedores en la opinión <strong>de</strong>l regicidio y <strong>de</strong> maquinar contra el dogma y la<br />
moral.<br />
La campaña pronto dió sus resultados, y en 6 <strong>de</strong> agosto <strong>de</strong> 1762 el Parlamento <strong>de</strong><br />
Paris pronunció el fallo, en que, tras imputaciones falsas y calumniosas, “se or<strong>de</strong>na a los<br />
jesuitas que renuncien a su regla, al uso <strong>de</strong> su hábito, a vivir en comunidad, a tener<br />
correspon<strong>de</strong>ncia con los <strong>de</strong>más individuos <strong>de</strong> la Compañía y a <strong>de</strong>sempeñar ningún cargo<br />
sin jurar previamente estar <strong>de</strong> acuerdo con este <strong>de</strong>creto”. Los Parlamentos <strong>de</strong> provincias,<br />
trabajados en sus minorías masónicas y enemigas <strong>de</strong> la Iglesia, se asociaron por una<br />
escasa minoría, excepto uno <strong>de</strong> ellos, al Acuerdo <strong>de</strong>l <strong>de</strong> Paris, convirtiéndose en<br />
ejecutores inconscientes <strong>de</strong> la con<strong>de</strong>na masónica: unos, arrastrados por la adulación y <strong>las</strong><br />
lisonjas <strong>de</strong> una minoría influyente y maquinadora, y otros, ganados por <strong>las</strong> campañas <strong>de</strong><br />
difamación, la ten<strong>de</strong>ncia a <strong>las</strong> noveda<strong>de</strong>s, la envidia <strong>de</strong> la Or<strong>de</strong>n por la confianza y<br />
concepto <strong>de</strong> que gozaban los religiosos entre el pueblo y, en general, por un <strong>de</strong>seo<br />
inmo<strong>de</strong>rado <strong>de</strong> exten<strong>de</strong>r sus atribuciones.<br />
Cogido el Rey en la hábil maniobra que Choiseul le tendió, aceptó la afrenta <strong>de</strong><br />
sancionar con su firma la ley inicua, que estableció, entre otras cosas, “que la Compañía<br />
<strong>de</strong> Jesús no sería admitida jamás en su Reino, ni en sus tierras y señoríos <strong>de</strong> su Corona”,<br />
poniendo a sus miembros en el monstruoso dilema “<strong>de</strong> abjurar <strong>de</strong> su Instituto y ratificar con<br />
su juramento la certeza <strong>de</strong> <strong>las</strong> imputaciones hechas en sus con<strong>de</strong>nas o su muerte civil”.<br />
Los cuatro mil miembros <strong>de</strong> la Compañía eligieron sin vacilar el camino <strong>de</strong>l sacrificio.<br />
Muy pronto la dinastía francesa había <strong>de</strong> cobrar, con la maldición <strong>de</strong>l cielo, la letra<br />
que contra su Dios y Señor había extendido.