15.04.2013 Views

Masonería - J. Boor - Gran Logia Provincial de las Islas Baleares

Masonería - J. Boor - Gran Logia Provincial de las Islas Baleares

Masonería - J. Boor - Gran Logia Provincial de las Islas Baleares

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

“LA CAUSA DE EL ESCORIAL”<br />

22 <strong>de</strong> octubre <strong>de</strong> 1950<br />

REPETIDAMENTE hemos comentado que no haya habido <strong>de</strong>sdicha para nuestra<br />

nación que no nos viniera emparejada con la maquinación masónica. Sólo a través <strong>de</strong> esa<br />

conspiración taimada que la masonería representa pudo llegarse a <strong>de</strong>struir el po<strong>de</strong>río <strong>de</strong><br />

nuestra nación y poner en entredicho el valor <strong>de</strong> un pueblo que durante dieciocho siglos<br />

había venido siendo uno <strong>de</strong> los actores principales en la civilización <strong>de</strong>l Occi<strong>de</strong>nte.<br />

El reinado <strong>de</strong> Carlos IV, tan <strong>de</strong>sgraciado por muchos conceptos, tuvo el final<br />

<strong>de</strong>sastroso que era <strong>de</strong> esperar <strong>de</strong> quien había consentido que su Corte fuera materia <strong>de</strong><br />

vergúenza y escándalo. El odio creciente <strong>de</strong>l pueblo español hacia el favorito Godoy,<br />

aprovechado por la mala inclinación <strong>de</strong>l príncipe here<strong>de</strong>ro, azuzado por malos consejeros,<br />

produjo la conspiración conocida por “la causa <strong>de</strong> El Escorial”, don<strong>de</strong>, preso el príncipe y<br />

probada la traición, cometió Carlos IV la torpeza <strong>de</strong> promulgar aquel gravísimo <strong>de</strong>creto <strong>de</strong><br />

exoneración en que se sacó a la luz la traición <strong>de</strong>l here<strong>de</strong>ro contra su Rey y padre, aunque<br />

no pasó mucho tiempo sin que aquella <strong>de</strong>bilidad que caracterizó el reinado <strong>de</strong>l <strong>de</strong>sdichado<br />

Monarca le llevase, atendiendo al empeño <strong>de</strong> la Reina, su esposa, a amnistiar a su hijo <strong>de</strong>l<br />

indigno hecho, publicando otro <strong>de</strong>creto singular, en el que se pretendió echar sobre los<br />

consejeros <strong>de</strong>l príncipe toda la responsabilidad <strong>de</strong> su bajeza. Sin embargo, lo que <strong>de</strong>biera<br />

haber sido causa <strong>de</strong> repudio suficiente para <strong>de</strong>sacreditar a un príncipe ante los ojos <strong>de</strong> su<br />

pueblo, no produjo esos efectos, ya que apasionado éste por su odio contra Godoy, se<br />

consi<strong>de</strong>ró halagado <strong>de</strong> que el propio príncipe here<strong>de</strong>ro apareciese i<strong>de</strong>ntificado con lo que<br />

el pueblo sentía.<br />

No bastaban, sin embargo, a satisfacer la ambición sin limites <strong>de</strong>l valido los puestos y<br />

honores conseguidos que le habían convertido en dueño y señor <strong>de</strong>l reino, y, si hemos <strong>de</strong><br />

hacer caso a historiadores procaces, hasta <strong>de</strong>l tálamo real, pues, cegado en su ambición o<br />

presintiendo su futura caída, escuchó <strong>de</strong> buen grado <strong>las</strong> promesas que los agentes<br />

napoleónicos le hicieron <strong>de</strong> convertirle en rey efectivo <strong>de</strong> uno <strong>de</strong> los tres Estados en que el<br />

Emperador <strong>de</strong> los franceses pensaba dividir el reino <strong>de</strong> Portugal. Esta fué, sin duda, la<br />

razón para que el ministro universal y generalísimo <strong>de</strong> <strong>las</strong> tropas <strong>de</strong> tierra y mar abriese a<br />

los ejércitos franceses nuestras fronteras para el paso <strong>de</strong> <strong>las</strong> tropas imperiales camino <strong>de</strong><br />

Portugal.<br />

Esta concesión, en mala hora pactada, significó la llegada a <strong>las</strong> principales capitales<br />

españo<strong>las</strong> <strong>de</strong> los más brillantes generales <strong>de</strong>l Imperio y <strong>de</strong> los Cuerpos más distinguidos<br />

<strong>de</strong> los ejércitos franceses, que rápidamente se esparcieron por el norte <strong>de</strong> la nación. La<br />

invasión <strong>de</strong> España era un triste hecho y pocos ya los que dudaban <strong>de</strong> los verda<strong>de</strong>ros<br />

propósitos napoleónicos, y hasta el Rey y su valido, sorprendidos por la ocupación, se<br />

preparaban a marchar al sur <strong>de</strong> la Península, con intención <strong>de</strong> organizar la resistencia,<br />

cuando el motín <strong>de</strong> Aranjuez, dirigido, bajo el nombre <strong>de</strong> “el tío Pedro”, por el con<strong>de</strong> <strong>de</strong><br />

Montijo, que pronto habíamos <strong>de</strong> ver <strong>de</strong> jefe <strong>de</strong> la masonería española, y en el que el<br />

propio príncipe here<strong>de</strong>ro apareció como apaciguador, obligó al Rey a la abdicación.<br />

Mientras todo esto ocurría en Aranjuez, el buen pueblo español celebraba con júbilo<br />

la proclamación <strong>de</strong> Fernando VII, en el que tenía puestas todas sus ilusiones, Su entrada

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!