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Infección del tracto urinario

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CAPÍtULo 1<br />

34<br />

Etiología de las itU Patogenia Manifestaciones clínicas<br />

nueva hacen sospechar una uretritis. En mujeres cuya sintomatología es<br />

de comienzo gradual, con sintomatología mayor de siete días con pareja<br />

nueva y hábitos sexuales modificados debe sospecharse chlamydia o<br />

gonococo. La malacoplaquia: son lesiones inflamatorias vesicales, prostáticas,<br />

renales e, inclusive, en el riñón transplantado en respuesta a infecciones<br />

por bacterias u hongos. Aun cuando la etiología no está muy<br />

clara, se sospecha de que se trate de acúmulos de restos bacterianos o<br />

fúngicos no digeridos debido a un defecto en la función fagocitaria de<br />

los macrófagos. Los síntomas no son característicos, pero en mujeres de<br />

mediana edad se pueden presentar como cistitis hematúricas y recidivantes.<br />

En las etapas iniciales de la malacoplaquia los riñones suelen<br />

estar agrandados y se debe hacer el diagnóstico diferencial con el carcinoma<br />

de células renales. En general, es una afección benigna pero si<br />

invade bilateralmente el <strong>tracto</strong> <strong>urinario</strong> superior y los riñones, así como<br />

un riñón transplantado, la mortalidad es <strong>del</strong> 20 al 50%. En ocasiones<br />

en la orina de estos pacientes crece un coliforme y el diagnóstico definitivo<br />

debe hacerse por biopsia de la lesión, particularmente en vejiga.<br />

tuberculosis urinaria: se observa entre el 15 al 22 % de todos los casos<br />

de tuberculosis extrapulmonar y se origina como consecuencia de la<br />

diseminación hematógena de una infección primaria. Se presenta en<br />

jóvenes entre 20 a 30 años de edad que han presentado una tBC pulmonar.<br />

La clínica es inespecífica y en ocasiones dificulta el diagnóstico y se<br />

caracteriza por polaquiuria nocturna, disuria, dolor lumbar, hematuria<br />

macroscópica o microscópica y piuria. La piuria es aséptica (piuria sin<br />

bacteriuria), orina ácida y urocultivo negativo. Los pacientes en ocasiones<br />

no presentan sintomatología y se descubre la tuberculosis urogenital<br />

cuando ya existen lesiones graves que originan nefritis intersticial<br />

crónica e insuficiencia renal crónica con destrucción <strong>del</strong> parénquima<br />

renal. Se debe sospechar la tuberculosis urinaria en los casos de itU<br />

a repetición con urocultivos negativos y resistentes a los antibióticos,<br />

examen de orina patológicos y litiasis renal. En la casi totalidad de los<br />

pacientes el PPD (tuberculina) es positiva y el estudio imagenológico<br />

cardinal para el diagnóstico es la urografía de eliminación (Figura 1) y<br />

el diagnóstico definitivo se hará cuando en tres urocultivos separados se<br />

inFECCiÓn DEL tRACto URinARio

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