Apuntes tema 5: Nietzsche - Gobierno de Canarias

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TEMA 5: NIETZSCHE 2008
nivel colectivo, sino simplemente a nivel individual, en los escasos individuos de naturaleza superior que se
atrevan a distanciarse del rebaño y a adentrarse en el camino de la libertad y la autoafirmación. Por eso
Nietzsche repite varias veces a lo largo de su obra que sus ideas no están dirigidas a muchos, sino a pocos.
3.6. LA VOLUNTAD DE PODER
La nueva moral del hombre superior reconocerá que el único imperativo categórico que rige al hombre es la
voluntad de poder, que viene a significar voluntad de vida llevada a su máxima expresión. Para Nietzsche, la
voluntad de poder es el impulso que mueve a todo lo vivo, el afán de dominio, de posesión, de acaparación, de
crecimiento, de vida, en suma:
"¡Escuchad mis palabras, oh sabios entre los sabios! ¡Examinad seriamente si he penetrado en el
corazón de la vida, hasta las raíces de este corazón!
Dondequiera que he encontrado algo, he encontrado la voluntad de poder; incluso en la voluntad
de quien obedece he hallado la voluntad de ser amo.
Que lo más fuerte domine a lo más débil, esto es lo que quiere su voluntad. Su voluntad quiere ser
dueña de lo que es más débil aún. Esta es la única alegría de la que no quiere ser privado."
"...Sólo donde hay vida hay también voluntad: pero no voluntad de vida, sino -así te lo enseño yo-
¡voluntad de poder!". (Así habló Zaratustra)
Para Nietzsche, este es el impulso que lo mueve todo, tanto en la naturaleza como en el mundo humano, sólo
que algunos lo reconocen abiertamente y son sinceros en su pensar y su actuar, mientras que otros, temerosos y
cobardes, disfrazan su voluntad de poder en renuncia, alabando su propia cobardía como si fuera una virtud, y
posponiendo el cumplimiento de su voluntad de poder para una vida futura, en la que creen que alcanzarán los
premios que no son capaces de alcanzar en esta tierra, y donde sus enemigos, así creen, serán castigados,
alcanzándose así la venganza que ellos no fueron capaces de tomarse por su mano:
"El juicio y el repudio morales son la forma directa en que los pobres de espíritu se vengan de los
que lo son menos; también una especie de compensación por haber sido tratados mal por la
Naturaleza... En lo más íntimo de su ser les agrada que haya un criterio que les coloca en un pie de
igualdad con los colmados de los bienes y privilegios del espíritu; bregan por la `igualdad de todos
ante dios' y aunque sólo sea para esto necesitan creer en Dios." (Más allá del bien y del mal)
Es decir que, a ojos de Nietzsche, la creencia en un dios que protege a quienes siguen sus mandatos y
castiga a quienes no lo hacen, la creencia en una vida futura y en la renuncia y el sacrificio como método de
alcanzarla, sólo supone una forma desviada de voluntad de poder. En opinión de Nietzsche, hasta el ideal
cristiano de la vida ascética, basado en la renuncia y en el supuesto rechazo a las tentaciones que nos presenta
la vida, en el sacrificio y la mortificación como modo de expiar las culpas y distanciarse de este mundo para irse
ganando una parcela en el otro, hasta este ideal esconde una forma desviada de voluntad de poder, y no
resignación cristiana:
¿Qué significan los ideales ascéticos?...; entre gentes fisiológicamente lisiadas y destempladas (la
mayoría de los mortales), un intento de encontrarse "demasiado buenas" para este mundo... El
ideal ascético nace del instinto de protección y de salud de una vida que degenera, la cual procura
conservarse por todos los medios,.. es indicio de una paralización y extenuación fisiológica
parciales, contra las cuales combaten constantemente, con nuevos medios e invenciones, los
instintos más profundos de la vida, que permanecen intactos. El ideal ascético es ese medio: ocurre,
por tanto, lo contrario de lo que piensan sus adoradores... el ideal ascético es una estratagema
en la conservación de la vida." (Genealogía de la moral)
En oposición a quienes no saben dejar rienda suelta a su voluntad de poder, Nietzsche piensa ser el gran
profeta del nuevo hombre, el hombre del futuro, liberado de todos los prejuicios dogmáticos que durante
demasiados siglos han reinado en occidente, el hombre que reconoce a la voluntad de poder como mandamiento
básico de la vida. A este hombre le llama Nietzsche el "superhombre".
©José Luis Domínguez-José Antonio Díaz [IES CHAPATAL]