Apuntes tema 5: Nietzsche - Gobierno de Canarias

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TEMA 5: NIETZSCHE 2008
Este pensamiento, dice Nietzsche, es duro de tragar, desesperante para quien no ama la vida, pero soportable
para quien tiene el valor de afirmar su propia vida. Tan convencido estaba Nietzsche de lo correcto de su teoría
que durante largo tiempo especuló con la posibilidad de estudiar ciencias lo suficiente como para poder
fundamentar rigurosamente esta tesis del eterno retorno de lo mismo. En su opinión, pues, todo volverá a
repetirse tal como fue infinitas veces:
"Yo volveré con este mismo sol, con esta tierra... pero no a una vida nueva o a una vida mejor... yo
volveré eternamente a esta misma vida, a esta vida bienaventurada, tanto en lo grande como en
lo pequeño, para enseñar el eterno retorno de todas las cosas..."
Como salta a la vista, esta tesis última es bastante oscurantista y tiene mucho de pseudorreligiosa,
contrastando muchísimo con el afán esclarecedor que caracteriza todo el resto de la obra de Nietzsche. La
teoría del eterno retorno, pensada a fondo, no parece encajar excesivamente bien en el resto de la obra del
autor, contradiciendo más bien el espíritu de esta, ya que aquí se postula una teoría que tiene mucho de "ilusión",
de fantasía desbordada y falta de rigor. Esta falta de concordancia con el espíritu de su propia filosofía, es
lo que ha llevado a que algunos hayan pretendido interpretar la teoría del eterno retorno como una alegoría,
intento ilícito debido a lo claro que dejó Nietzsche en muchos escritos su convencimiento acerca de esta idea,
llegando incluso a proponerse durante una temporada estudiar ciencias para poder fundamentar rigurosamente
su teoría. En muchos fragmentos de sus escritos póstumos se encuentran supuestos razonamientos científicos
sobre la evidencia del eterno retorno:
"Ha existido una cantidad infinita de estados energéticos, pero no de estados diferentes hasta el
infinito: esto supondría una energía indefinida. La energía sólo tiene un "número" de cualidades
posible... La actividad es eterna, pero el número de las cosas producidas y de los estados
energéticos es finito". (Fragmentos, p. 7.)
Veamos para finalizar respecto a este punto un último fragmento de "Así habló Zaratustra", en donde el profeta
dialoga con un enano (el espíritu de la pesadez) y le explica de forma metafórica la teoría del eterno retorno
(simbolizando la calle que va hacia atrás al pasado, y la que va adelante al futuro):
"¡Mira ese portón, enano!, tiene dos caras. Dos caminos convergen aquí: nadie los ha recorrido
aún hasta su final.
Esa larga calle hacia atrás, dura una eternidad. Y esa larga calle hacia adelante es otra eternidad.
Se contraponen esos caminos: chocan derechamente de cabeza y aquí, en este portón, donde
convergen. El nombre del portón está escrito arriba: `Instante'... Desde este portón llamado
instante corre hacia atrás una calle larga, eterna: a nuestras espaldas yace una eternidad.
Cada una de las cosas que pueden correr, ¿no tendrá que haber recorrido ya alguna vez esa calle?
Cada una de las cosas que pueden ocurrir, ¿no tendrá que haber ocurrido, haber sido hecha, haber
transcurrido alguna vez?"
5.- CONCEPTOS FUNDAMENTALES DE F. NIETZSCHE
5.1.-APOLINEO Y DIONISIACO
Estos conceptos derivan de los dioses griegos Apolo (dios griego del Sol, símbolo de la mesura, la
armonía y la serenidad) y Dionisio (Dios del vino, símbolo de la pasión y la sensualidad, del ansia de vivir y de la
creación artística), a los que Nietzsche contrapone como facetas distintas del espíritu humano. Con el concepto
de "apolíneo" Nietzsche hace referencia al componente armónico, luminoso y sereno del espíritu griego, en
oposición con el componente pasional y entusiasta, doloroso y oscuro representado por la figura de Dionisio.
Dionisio es el dios de la embriaguez y del entusiasmo, del desenfreno pasional. Apolo representa al orden;
Dionisio, a lo que desborda al orden.
Así pues, con los conceptos de apolíneo y dionisíaco Nietzsche está designando dos aspectos
contradictorios del alma humana: el espíritu dionisíaco se abandona pasionalmente a sus arrebatos e impulsos;
el espíritu apolíneo los canaliza dentro del pensamiento ordenado, equilibrado y armonioso. El espíritu
©José Luis Domínguez-José Antonio Díaz [IES CHAPATAL]