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La anchoa,
la mejor esperanza del 2011
Los pescadores del Cantábrico miran de nuevo
con optimismo el futuro que se abre en la
asignación del TAC de captura de anchoa en
el Golfo de Vizcaya después de asignarse un total
de 15.600 toneladas, para el 2011, después
de un mal año con el bonito y los recortes que
se avecinan para el verdel. A lo largo del verano,
los pescadores franceses han capturado casi
todos los días anchoa con lo que se demuestra
la recuperación del recurso.
Según el principio de reparto establecido, el 90% del TAC
-14.040 toneladas- corresponderán a la flota del Cantábrico,
mientras que el 10% restante es para Francia, los
dos países que explotan la pesquería de manera conjunta.
«El segundo semestre de este año capturaremos un
10% y el resto lo dejaremos para la próxima temporada
de primavera. No obstante, antes de iniciar la costera revisaremos
los acuerdos alcanzados con los pescadores franceses»,
detalla Elduayen.
Este volumen representa más del doble de lo permitido
en la última costera, que se limitó a 7.000 toneladas, y
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podrá capturarse hasta junio de 2011. «A priori, para nosotros
es una noticia muy positiva que hace tiempo no
recibíamos y que genera nuevas expectativas en el sector.
Después de la mala campaña de bonito ya estamos
mirando lo que puede dar de sía la anchoa», comenta el
presidente de la Federación de Cofradías de Gipuzkoa,
Eugenio Elduayen. En cualquier caso, «es una medida
por la que hemos trabajado durante mucho tiempo. En
cierta manera estábamos a la espera de que aumentasen
las capturas porque los patrones ya habían constatado la
existencia de mucha anchoa joven, especialmente en las
últimas campañas de bonito».
La buena nueva sucede a la decisión del pasado enero,
cuando la Unión Europea, después de cuatro años y medio
de veda, decidió reabrir la pesquería de la anchoa.
De esta manera, se daba por cerrada una de las etapas
más críticas que el sector de bajura ha atravesado durante
la última década. No obstante, los científicos del
CIEM recomendaron una reducción notable que al final
fue entendida como una falsa alarma. «Muchos marineros
no han podido resistir. Algunos se han visto obligados
a buscar otro trabajo en tierra para ganar más dinero.
Otros, con menos cargas económicas, hemos ido tirando
como hemos podido. Por eso, la posibilidad de duplicar
las capturas de anchoa nos abre nuevas perspectivas
aparentemente positivas», señala el patrón de un barco
de Ondarroa