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Descargar - Europa Azul

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eportaje<br />

Tenía 41 años cuando se compró una chalupa a vela y<br />

remos, y se estableció como patrón de pesca de bajura<br />

en el puerto de San Sebastián.<br />

Fue entonces cuando Joxe Mari dejó paso a “Aita Mari”.<br />

Su fama de hombre serio y responsable le granjó<br />

una merecida fama en el sector pesquero. Todos sus compañeros<br />

elogiaban su caballerosidad y su entrega a los<br />

demás sin esperar nada a cambio. Su lancha siempre estaba<br />

dispuesta para salir a rescatar a compañeros en apuros.<br />

Su arrojo y valentía no conocían límite. La prueba<br />

definitiva le llegó un día de julio de 1861.<br />

El arrojo de un hombre<br />

Unos historiadores fechan el hecho en el día 13, mientras<br />

que otros lo hacen el 22. Poco importa la precisión<br />

de este dato ante la trascendencia del hecho en sí. A pesar<br />

de estar en pleno verano, la costa guipuzcoana se vio<br />

afectada por una tremenda galerna. El mar adquirió una<br />

bravura que ni los más viejos recordaban haber visto antes.<br />

El viento soplaba fuerte y olas de seis metros de altura<br />

rompían en los acantilados de la costa.<br />

“¡Pobres aquellos a los que el temporal ha pillado lejos de refugio!”,<br />

decían en tierra los pescadores con la vista puesta<br />

en el horizonte marino. En las inmediaciones del puerto<br />

de San Sebastián se zarandeaba la lancha donostiarra<br />

“San José” tratando de abrirse camino entre el oleaje.<br />

Sus cuatro tripulantes luchaban a brazo partido para<br />

evitar el naufragio y salvarse. Desde la costa se veía<br />

a la embarcación a merced del oleaje. Nadie se atrevía<br />

a salir en su ayuda.<br />

Fue “Aita Mari” quien, en un santiamén, reclutó nueve<br />

voluntarios y saltó a una lancha en dirección al “San José”.<br />

Numeroso público se arremolinó en el puerto presenciando<br />

la maniobra. “¡Es un suicidio!”, gritaron algunos.<br />

Cuando la embarcación soltó amarras todos les<br />

desearon suerte en el rescate.<br />

90 // europa azul<br />

Al poco “Aita Mari” y sus hombres se vieron inmersos<br />

en aquel torbellino de agua. Fue una hora de trabajos<br />

intensos para vencer al temporal. Con un coraje tremendo,<br />

el patrón arengaba a los suyos, mientras las olas les cubrían.<br />

Así consiguieron llegar hasta la nave siniestrada.<br />

A duras penas consiguieron hacerse con los cuatro tripulantes.<br />

El retorno estuvo rodeado de dificultad y dolor.<br />

Uno de los rescatados fue arrebatado por una gigantesca<br />

ola perdiéndose para siempre. El resto, totalmente<br />

extenuado, consiguió alcanzar la escalerilla del<br />

muelle entre el aplauso enfervorecido de<br />

la multitud que esperaba. Lo habían logrado.<br />

Héroe popular<br />

La gesta fue resaltada en los periódicos<br />

provinciales e incluso nacionales. El Comandante<br />

de Marina escribió el siguiente<br />

informe: “Se me presentó espontáneamente<br />

el patrón de pesca José María Zubía “Mari”<br />

con nueve jóvenes solicitando permiso<br />

para ir en auxilio de aquellos desgraciados<br />

con una chalupa de su propiedad, a lo que<br />

accedí gustoso, no sin darles anticipadas gracias<br />

por acto de tan alta abnegación. La lucha<br />

que por espacio de tres cuartos de hora

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