07.05.2013 Views

Cristianismo en crisis - Luz para las Naciones Internacional

Cristianismo en crisis - Luz para las Naciones Internacional

Cristianismo en crisis - Luz para las Naciones Internacional

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

CRISTIANISMO EN CRISIS<br />

hago caso ni estimo preciosa mi vida <strong>para</strong> mí mismo" (v. 24).<br />

En Filip<strong>en</strong>ses 3:7-9, Pablo de nuevo ratifica el mismo firme<br />

p<strong>en</strong>sami<strong>en</strong>to: "Pero cuantas cosas eran <strong>para</strong> mí ganancia, <strong>las</strong><br />

he estimado como pérdida por amor de Cristo. Y ciertam<strong>en</strong>te,<br />

aun estimo todas <strong>las</strong> cosas como pérdida por la excel<strong>en</strong>cia del<br />

conocimi<strong>en</strong>to de Cristo Jesús, mi Señor, por amor del cual lo<br />

he perdido todo, y lo t<strong>en</strong>go por basura, <strong>para</strong> ganar a Cristo y<br />

ser hallado <strong>en</strong> él".<br />

Jesús: unafinalidad <strong>en</strong> Símismo<br />

Después de la resurrección, los discípulos de Jesús nunca<br />

consideraron a su Señor como un medio <strong>para</strong> sus fines. Para<br />

ellos, Cristo mismo fue el Fin. Los seguidores de Cristo<br />

habían asimilado verdaderam<strong>en</strong>teel m<strong>en</strong>sajeque su Señorles<br />

predicó, tanto con su vida como con sus labios. Ellos correctam<strong>en</strong>te<br />

sabían que sus tesoros eran de otro reino y que aquí<br />

no eran sino embajadores, emisarios y peregrinos. Los discípulos<br />

bi<strong>en</strong> sabían que éste no era el lugar de su morada final.<br />

Ellos habían reconocido que su destino estaba <strong>en</strong> la eternidad.<br />

Cristo no vino al mundo <strong>para</strong> que <strong>en</strong> Su nombre pudiéramos<br />

t<strong>en</strong>er prosperidad financiera; El vino <strong>para</strong> que conc<strong>en</strong>tráramos<br />

nuestra at<strong>en</strong>ción <strong>en</strong> la prosperidad eterna. Aún hoy<br />

<strong>las</strong> palabras del Maestro prevalec<strong>en</strong> con refulg<strong>en</strong>te autoridad:<br />

"no os hagáis tesoros <strong>en</strong> la tierra, donde la polilla y el orín<br />

corromp<strong>en</strong>, y donde ladrones minan y hurtan; sino haceos<br />

tesoros <strong>en</strong> el cielo, donde ni la polilla ni el orín corromp<strong>en</strong>, y<br />

donde ladrones no minan ni hurtan" (Mateo 6:19,20).<br />

iQué maravilloso hubiera sido observar al Señor irguiéndose<br />

<strong>en</strong> <strong>las</strong> riberas de Galilea, demandando apasionadam<strong>en</strong>te<br />

a Sus seguidores que no se esforzaran por <strong>las</strong> cosas que<br />

perec<strong>en</strong>, sino por <strong>las</strong> que son eternas! (Juan 6:27).<br />

¿Cuánto más de <strong>las</strong> Escrituras nosotros necesitaríamos<br />

<strong>para</strong> hacer evid<strong>en</strong>te la bancarrota de <strong>las</strong> <strong>en</strong>señanzas del movimi<strong>en</strong>to<br />

de la Fe sobre la prosperidad? ¿Debiéramos recordarnos<br />

a nosotros mismos la historia de Jesús sobre Lázaro y<br />

el hombre rico que se narra <strong>en</strong> Lucas 16:19-3l? El hombre<br />

rico, que vivía su vida terr<strong>en</strong>al <strong>en</strong> grandes lujos, no pudo ni<br />

202<br />

CONFORMIDAD CULTURAL<br />

siquiera ser reconocido <strong>en</strong> la eternidad por su nombre. Pero<br />

Lázaro, que vivió <strong>en</strong> pobreza, recibió acogida <strong>en</strong> el reino<br />

eterno (v. 25).<br />

¿O debiéramos tal vez volver a leer <strong>las</strong> palabras de<br />

Santiago, el mismo hermano de Jesús, qui<strong>en</strong> vali<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te<br />

increpaba a los ricos dici<strong>en</strong>do: "Vamos ahora, ricos. Llorad y<br />

aullad por <strong>las</strong> miserias que os v<strong>en</strong>drán. Vuestras riquezas<br />

están podridas, y vuestras ropas están comidas de polilla"<br />

(Santiago 5:1,2). La Biblia está ll<strong>en</strong>a de ejemplos que d<strong>en</strong>uncian<br />

la pobreza de <strong>las</strong> <strong>en</strong>señanzas del movimi<strong>en</strong>to de la Fe <strong>en</strong><br />

relación con <strong>las</strong> riquezas y la ambición. Los maestros de la<br />

Fe <strong>en</strong> nuestros días no han conformado sus <strong>en</strong>señanzas a <strong>las</strong><br />

v<strong>en</strong>eradas Escrituras. En su lugar, son ellos los que se han<br />

conformado a sí mismos a la sociedad norteamericana de hoy.<br />

La cultura norteamericana está obsesionada por la idea<br />

de "subir rápidam<strong>en</strong>te" y por el más craso materialismo, lo<br />

que precisam<strong>en</strong>te aplaude el movimi<strong>en</strong>to de la Fe. Todo se<br />

basa <strong>en</strong> la idea de que los "muchachos de Dios" pued<strong>en</strong><br />

adquirir riqueza sin trabajo y dólares sin disciplina. La palabra<br />

de pase no es "autosacrificio", sino"auto<strong>en</strong>grandecimi<strong>en</strong>to".<br />

Tristem<strong>en</strong>te, una porción significativa d<strong>en</strong>tro del<br />

cristianismo contemporáneo, ha comprado el m<strong>en</strong>saje de que<br />

nosotros estamos <strong>en</strong> este mundo solo por una vez y no por<br />

mucho rato, y que por tanto lo mejor que hacemos es darnos<br />

todos los gustos mi<strong>en</strong>tras andamos por acá. lO Ya no cantamos:<br />

"Todo a Ti me rindo". Más bi<strong>en</strong>, decimos: "Yo puedo<br />

hablar lo que yo quiera que exista a través de la fórmula de<br />

mi fe".<br />

Nosotros apetecemos historias acerca de "cómo hacernos<br />

ricos de-pronto" y frecu<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te nos dejamos seducir<br />

por falsos esquemas de "hazte rico rápido". T. L. Osborn, por<br />

ejemplo, promete a la g<strong>en</strong>te, que apr<strong>en</strong>diéndose "siete simples<br />

secretos <strong>en</strong> ses<strong>en</strong>ta segundos al día" usted Ruede "obt<strong>en</strong>er<br />

lo mejor de la vida <strong>en</strong> tan solo siete días". 1 Como una<br />

prueba él cita, <strong>en</strong>tre otras historias, el cu<strong>en</strong>to de un hombre<br />

que fue obligado a dejar su país y que se <strong>en</strong>contraba <strong>en</strong>carando<br />

una trem<strong>en</strong>da dificultad económica. Pero gracias a la<br />

203

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!